Hoy os dejamos con otro trabajo de Crítica de la Arquitectura de los cursos de Doctorado de la ETSAM. En esta ocasión, el edificio analizado es el Edificio Castelar de Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares en Madrid. Es autor del texto es nuestro compañero Victor Gutierrez del Canto arquitecto de 3.14GA.
¡Muchas gracias por tu colaboración!
EDIFICIO CASTELAR_ RAFAEL DE LA HOZ CASTANYS+ GERARDO OLIVARES JAMES
Para poder analizar un edificio se debe ser totalmente objetivo para no dejarte llevar por ideas preconcebidas o “cariños” que no te dejan ver más allá de tus ojos, en este caso, el Edificio de Catalana Occidente, como le he llamado a lo largo de los años, (ahora de la Mutua Madrileña) no es un buen ejemplo, antes de pensar en hacer un análisis ya estaba prendado por su belleza, estaba contaminado por él y no podía ser objetivo. Lo que me salvaba era que lo único que conocía del edificio era lo que se ve al pasar por la castellana en coche, o andando desde la acera de los números pares,.. entonces justo conocía lo que Rafael quería que conociese, un cofre flotando sostenido por el espacio comprimido a sus pies y un acceso en travertino que llevaba hasta lo que parecía un patio también de travertino,…. Un patio!!! Qué maravilla!!!! un patio de tranquilidad en medio de la castellana. Claramente estaba seducido por el edificio.
Para aproximarme y no convertir esta crítica en una serie de alabanzas decidí investigar y ver todo aquello que la pereza no me había dejado ver. Me di un paseo alrededor del edificio y descubrí una pieza de travertino en la espalda de la torre que al principio me defraudo, descubrí que el espacio privado es público y que sin necesidad de trabajar en él me podía acercar hasta aquel patio que me había enamorado y descubrí que no me llevaba a ningún lado,… estuve buscando la entrada en ese patio pero no estaba…
Ya sobre el tablero y con todo en la retina y no todavía en la mente para no dejarme crear opiniones sin analizar comencé a analizar y desmenuzar, antes en la pizarra de corcho que me vigila, o que yo cotilleo, escribí Integritas, Consonantia y Claritas.
El contexto, tanto físico como social es importante y más en este caso que nos ocupa, la parcela en la que está ubicada el edificio es el final de una manzana, con forma de sector de círculo y rodeado de edificios exentos de muy diversas formas y materiales, presenta un gran desnivel, que lejos de crearle un problema lo convierte en virtud, haz del problema una virtud. El edificio se comenzó a pensar en los años 70 y se terminó después de varias crisis en 1986, esto no hace más que dar mayor valor a un edificio que cualquier estudiante de primero de arquitectura podría datar de este siglo. En un entorno en donde todos los edificios ignoran la ciudad, la torre castelar hace un ejercicio inverso, casi concentra toda la masa en el centro y deja rodearse de ciudad, borrando los límites del solar y permitiendo al ciudadano y no usuario, acercarse hasta la misma puerta, permitiendo pasar de la Castellana a la calle superior, con un desnivel de 18 m, casi por su interior.
La estrategia fue la de poner al servicio de la ciudad unas herramientas que otros hubieran querido solo para los usuarios del edificio, pero lo mejor es que cualquier decisión que se toma pensando en unos mejora a los otros y viceversa, nada es caprichoso es un ejercicio teórico que en el camino de convertirse real no se deja nada y si recoge cosas que le hacen mejor.
El programa se divide en dos partes, una enterrada con salas comunes, salas de reuniones y acceso, y unas oficinas en alto, en una torre de muy reducida superficie en planta, que se une al terreno mediante una pieza que con el mismo material que el suelo y de acusada forma horizontal sirve de contrapeso visual y parece que físico de la torre. La normativa definía sólo volúmenes, y lo que deciden los arquitectos no es nada caprichoso ni producto de azar, el espacio enterrado para no perder la estereotomía del espacio deciden introducir luz cenitalmente, la planta del edificio de oficinas de reducidas dimensiones obliga a sacar fuera el núcleo de circulación vertical, o quizás es al revés, y de este
“inconveniente” se aprovecha para colgar el edificio y hacer que flote, o quizás es al revés,… está claro que sabemos lo que es primero y lo que es segundo, pero está tan bien hecho que nada parece secundario.
El emplazamiento de la torre una parcela complicada, por su ubicación en una rotonda, en una vía más rápida que lenta, y con un desnivel importante, lo que para otros sería un problema, en este caso se convierte en oportunidad. Se coloca lo más alto que puede y lo más atrás que le permite el programa, de esta manera gana perspectiva y altura, la parte enterrada forma parte del terraplén que se separa de la castellana y que hace ganar el silencio al edificio, es un terraplén para la ciudad una rampa verde seguido de una rampa de travertino que se convierten en las baldosas amarillas del peatón, obligándote, pese a la pereza de subir escaleras, a llegar arriba y a pasar por debajo del edificio y cotillear y mirar casi tumbado por entre los velos de vidrio de la fachada y preguntarte donde está la estructura, la del vidrio y la de la torre,….
La torre se coloca paralela a la castellana, colocando la “espalda” hacia la calle hermanos becquer, de esta manera la vista que se tiene siempre de la torre es una pieza abstracta de vidrio sin referencia de escala y sin nada que lo interrumpa, incluso la vegetación de alrededor le ha ayudado e impide, a no ser que seas muy curioso y sepas que hay algo distinto, verlo. Como he dicho, nada es caprichoso, y cualquier gesto es intencionado. En un edificio que claramente se muestra de cara a la ciudad, peca en como los usuarios a pie entran en él, cuando solo lo conocía de lejos, como el 99,9% de los paseantes, pensé que a través de un patio, casi un patio de pueblo, se entraba en él, cuando me he aproximado a él como “usuario”, me he ido hasta ese patio buscando la entrada, pero no, la puerta está en el centro de la planta baja, eso sí bajo el peso del espacio comprimido por la torre.
La economía, la buena gestión de la economía, y no solo de dinero, sino de esfuerzos físicos, mentales y materiales es algo que se echa de menos en las escuelas y en las revistas, en este caso, tenemos un ejemplo de cómo los esfuerzos están de acuerdo a las intenciones, nada debe ser excesivo, nada debe costar tanto que te dejes cosas por el camino, la relación entre lo que se quiere y los medios que se disponen y “gastan” deben estar en consonancia, los alardes de estructura forman parte del edificio, Integritas, son la imagen del edificio, Rafael de la Hoz, como ya decía antes se encuentra con el núcleo de comunicaciones fuera de la planta para poder disponer de toda ella libre, y lo aprovecha para colgar el edificio sobre la castellana y que ese alarde constructivo forme parte de la imagen, o quizás, el tenia claro que quería que su torre no tocara el suelo, que apareciera comprimiendo un espacio y para eso tenía que colocar un contrapeso en la espalda, y con ese gesto liberaba la planta para tener un espacio de 18×18 m libres, un valor añadido para unas oficinas, consonancia.
Seguro que nadie sabría decir cuántas plantas tiene la torre vista desde la rotonda o paseando a sus pies, la escala del edificio se pierde, no existe ningún elemento en la fachada que de escala medible, intencionadamente se evitan los elementos de puertas, ventanas, pilares que pudiesen dar una idea de cuantas plantas tiene la torre o cuánto mide de ancho,… seguro que un ojo enseñado es capaz de, mediante la medida de unos vidrios, acercarse, sin pasarse, a la medida exacta. La imagen de abstracción solo se pierde cuando la noche comienza a aparecer y entonces la luz artificial hace material el edificio.
En un entorno muy consolidado, tanto de edificios con apariencia de edificios, con ventanas, plantas claramente definidas y elementos que la mente humana y el ojo reconoce, el edificio castelar se quiere mostrar como un objeto abstracto, utiliza el camino de no mostrarse como un edificio para hacerse ver pero sin mover los brazos, hacerse escuchar por el silencio, siendo elegante sin parecerlo…. La elección del material, el saber cómo colocarlo y como trabaja para que no le haga falta añadidos para que se mantenga en pie, el colocarse distanciado para dejarse ver y ganar perspectiva, todo esto hace que la belleza sea más bella y que además al hacer de manera tan sutil, tan… como si todo surgiera así por que en verdad no hay otra manera de hacerlo,.. esto es elegancia.
Como todo cofre, hay enigmas y secretos que parece que no se deben desvelar nunca, y uno de ellos es si ese halo de vidrio velado y con color cobrizo permite a los usuarios ver la ciudad, y si te dejan ver la ciudad como realidad o quizás como abstracción; una pieza que se muestra abstracta a la ciudad, ¿porque tiene que mostrar la ciudad a los usuarios como realidad y no como abstracción??? Esta incógnita, que en parte me niego a descubrir, me acompaña y martillea, casi como las tres palabras que me presiden en esta escritura, y que dejaré para el final, para que la realidad no me estropee la objetividad.
El cofre, no solo por el color sino por la escasa sin referencia de arquitectura y limpieza estructural y formal, ha sido conocido siempre como la torre de catalana occidente, conformándose en una pieza reconocible, un objeto que tenia presencia en la imagen social y que servía casi como referencia de marketing, ahora ha cambiado de dueño, y de nuevo, igual que lo hiciera en sus inicios cuando el promotor, el Banco Coca, decidió venderlo pero gracias al arquitecto no se perdió la imagen inicial. Un edificio que se pensó como sede de banco, sigue siendo a lo largo de tantos cambios de mano, sede de bancos o aseguradoras,… En este caso, podría ser también cualquier sede de oficinas, su tipología admite todo tipo de usuarios y su pretexto, un edificio que hace de los alardes o esfuerzos sus formas, una relación muy clara entre el ser y la forma, el vidrio tiene que trabajar siempre colgado, y aquí lo hace, y se muestra, y lo convierte en protagonista, pero un protagonista sin medias tintas, el esfuerzo máximo es lo que se muestra, la torre se suspende desde una bandeja de hormigón que un brazo, estratégicamente colocado, lo sujeta, este brazo que otros lo hubiesen colocado pegado a la fachada, D. Rafael lo separa lo justo para dejar pasar el aire y que se entienda perfectamente como está pensado, …
Theodor Lipps, en su teoría de la forma, separa la forma material, que es la masa y la forma esencial que es el vacio que se queda si quitamos la masa, esta forma esencial son las líneas abstractas que sugieren la estructura, que si quitamos la masa permite entender el edificio, nos permite comprender el vacio espacial, estas líneas, que son la estructura coinciden con el edificio, no hay añadidos,…. Integritas, Consonantia y Claritas…. Y además todo en su medida y escala, “el capricho” de hacer flotar el cofre no penaliza nada del resto del edificio, es más lo mejora, “el capricho” de hacer una fachada como velos de vidrio que no de escala al edificio, lo mejora acústica y térmicamente,… empotrar el programa más social, separarse de la vía rápida,.. todas son decisiones no caprichosas, decisiones con intenciones,…decisiones que buscan la belleza desde el punto de vista de utilidad, no hay nada que le puedas desprender al conjunto y que siga siendo lo mismo, no hay nada accesorio,…la síntesis, ninguna parte del conjunto es prescindible.
Rafael y Gerardo, como sólo los buenos y no los torpes, resuelve todo con dos materiales, el vidrio y el travertino, dos materiales opuestos, uno ligero y otro pétreo que además los utiliza como se tiene que utilizar cada uno de ellos, como decía Semper, la forma surge de la técnica propia del material, la técnica y el material determinan la forma, y en este caso el vidrio trabaja como tiene que trabajar y además va más allá en su diseño y el vidrio es además quien sujeta al vidrio,.. en el caso del travertino, a mi me da pena que sé que si rasco en el travertino detrás encontraré el hormigón, deberíamos convertir los aplacados sobre hormigones en encofrados perdidos, para que formen parte de la masa,… o como ocurre en la planta primera colocar el travertino colgado enseñando su espesor y siendo sinceros…,
Está claro que cuando uno está seducido por algo es muy difícil ver los errores, o no los quiere ver,… no dicen que el amor es ciego…. En este caso me quedo tranquilo porque, pese a que la crítica es casi una alabanza, visto objetivamente es un ejercicio de casi escuela, de las escuelas buenas, donde cualquier esfuerzo está encaminado a algo conciso y necesario, el esfuerzo estructural se ve recompensado en figurar como forma esencial del edificio, en donde los materiales, pocos y bien elegidos, son usados como se tienen que usar, ,….
Integritas, en cuanto que todo es necesario y nada sobra, nada esta puesto de más, Consonantia, las decisiones son con intenciones, y todos los gestos van hacia un mismo camino y Claritas, como expresión de la verdad, lo que se ve es lo que es, y se muestra casi desnudo.
Por cierto, el secreto del cofre sigue siendo secreto, pero el análisis de la obra me ha descubierto y convencido que la imagen de la ciudad desde el interior es velada y que tiene que ser velada, un edificio tan abstracto tiene que enseñarte una ciudad abstracta…
Uno de los grandes edificios de la Arquitectura Española. Impresionante la forma de acceder …