«La interpretación técnica prevalece en alto grado entre todas las interpretaciones positivistas. No cabe duda que la historia de la construcción es parte tan importante en la historia de un monumento que sin ella una crítica parece manca y abstracta; pero, se ha abusado tanto de la interpretación técnica que valdrá la pena razonar brevemente sobre ella.
Ante todo, parece absurda la tesis de que las formas arquitectónicas están determinadas por la técnica constructiva. Más bien asistimos frecuentemente en la historia al proceso inverso: las formas repiten una técnica ya superada en los hechos. Por ejemplo, las formas egipcias continúan modelándose según la apariencia de las maderas primitivas, cuando desde siglos el material adoptado era la piedra; los órdenes griegos obtienen sus perfiles de los elementos de madera del templo arcaico y los traducen en mármol; la sillería almohadillada del alto Renacimiento se trabaja en su cara aparente, de una forma que nada tiene que ver con el sillar de piedra real; el siglo XIX coloca falsos almohadillados sobre el revoque y almibara las paredes con mármoles y maderas pintadas; hasta las actuales construcciones de hormigón armado, en lugar de aprovechar las inmensas posibilidades de resistencia continua de un material que puede ser modelado anti-geométricamente como en la torre de Einstein de Mendelsohn, lo constringen en columnas y en vigas, repitiendo formas que son propias de la construcción metálica.
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Los manuales de composición arquitectónica, dándose cuenta de semejantes dificultades han establecido una distinción entre construcción real y construcción aparente, entre ingeniería práctica e ingeniería estética. Han predicado que no basta que un edificio presente una solidez estructural efectiva: debe tener también una aparente, ¿y qué es esta solidez aparente? ¿Un revestimiento de piedra tosca de un espesor de dos centímetros que dé la impresión de que la casa está construida en piedra? ¿Dejar «llenos» o reforzar con sillares las esquinas de un edificio, cuando éstas pueden quedar completamente libres? La «solidez aparente» no es ley a priori: es sencillamente la antigua solidez, es decir, la costumbre a las relaciones de peso tradicionales. Por eso tienen razón los modernistas que juzgan que a una nueva técnica debe seguir una nueva sensibilidad estructural»
Bruno Zevi
Saber ver la arquitectura
Editorial Poseidón, Buenos Aires 1.951
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