
Tratándose de una pieza de relevancia para la ciudad de Lisboa, la arquitectura asume el papel de transmitir la imagen necesaria para ese fin. Así, la nueva Terminal de Cruceros incorpora varias características de inspiración local para crear una presencia que fácilmente sea identificada por los visitantes con Lisboa, diseñado para «ser visto desde la calle y desde el cielo«.
La sucesión de fachadas y tejados oblicuos, potencia el vínculo con la fragmentación visual del tejido urbano tradicional de las colinas de los castillos. Al mismo tiempo, el constante murmullo del río Tajo, no puede dejar de estar presente, creando una imagen facetada – con sus múltiples reflejos – que, de alguna manera, trata de elevar el movimiento de la luz y la sombra de las zonas que rodean el edificio. La propia cubierta del aparcamiento de vehículos y de la plaza de los Taxis, está diseñada como una sucesión de diedros blancos asimétricamente inclinados, dentro de una métrica estructural modulada que anuncia la proximidad del río y del mar, como si fuese una bandada de aves.
Por el contrario, se ensalza el concepto de entrada a la ciudad, la aduana, mediante la creación de un largo volumen horizontal a modo de entrada. Desde las obras del siglo XVI, las fachadas de los edificios cercanos, hasta la modernidad atemporal del Hotel Ritz se recogen en el forrado de piedra de este volumen. Un conjunto diseñado como una concha completa, haciendo continuos paredes y techos.
Como Lisboa, el edificio debe ser «visto desde la calle y desde el cielo«, ya sea desde el nivel de los peatones, o desde más arriba, desde la cubierta de un crucero, o incluso desde la ladera de un castillo se puede observar el edificio y su entorno en plenitud.
Paralelamente a esta idea poética está la técnica. La organización estructural de los espacios es el resultado de una malla ortogonal que ordena con rigor todo el conjunto. La Terminal de Cruceros de Lisboa muestra un conjunto arquitectónico innovador y armonioso. También la lectura del conjunto, en perspectiva, se ve reforzada por los planos inclinados, por la estereotomía de los alzados, y el movimiento de las cubiertas. Las pieles exteriores temáticas, de módulos con diferentes inclinaciones, expresan una imagen dinámica durante todo el día que se prolongan bajo las luces de la noche.
La entrada a la terminal, se convierte en un punto de referencia en la plaza del Edificio de Aduanas. Esta entrada es un espacio dramático, deliberadamente amplia, transparente, ligeramente hundida respecto a la plaza exterior, con techos muy altos.
Teniendo en cuenta la sostenibilidad, la arquitectura, en cuanto al diseño, transforma al propio edificio en el primer y principal sistema energético, integrando la ganancia solar directa e indirecta, el aislamiento térmico, el control solar y los sistemas de ventilación, para promover un ambiente interior saludable, con una eficiencia energética notable. Al mismo tiempo, se han tenido en cuenta todos los procedimientos emergentes de evaluación medioambiental de edificios, que actualmente integran criterios ambientales en la elección de materiales, la evaluación de la energía aportada, gestión de residuos, conservación del agua, reciclaje, durabilidad, y por último, la facilidad y economía en el mantenimiento de todo el complejo.
Por último, la envolvente del edificio está diseñada como una membrana de «doble piel«, dando preferencia a la protección solar exterior por ser más eficaz desde el punto de vista térmico. Por lo tanto, la geometría de los parasoles fue uno de los elementos notables de la construcción en términos de estética, en una síntesis de los requerimientos funcionales relacionados con la geometría de la luz del sol. Por eso, la entrada principal, frente a la plaza de acceso que permite entrar al atrio, pese a estar orientado hacia el suroeste y ser transparente, recibe la sombra necesaria del cajón que forma la primera planta.
Para que todo esto se convierta en realidad, el concepto de la totalidad del proyecto, destaca el cuidado en la racionalización de los sistemas de construcción, el diálogo entre la técnica suave, y la estética de la Terminal.
Interesante propuesta, me recuerda a mis tiempos de estudiante, ya que mi pfc fue una terminal marítima para la ciudad de Valencia.