“[…] El proyecto parte del reconocimiento de unas leyes o normas que se deducen del acuerdo o de la comprensión del mundo. Cuanto mayor es el entendimiento de la realidad y el acuerdo con la misma, menor es el esfuerzo a realizar para hacer aparente y verosímil un edificio, y viceversa, las dificultades se agrandan a medida que uno considere estas leyes discutibles, superfluas o incomprensibles. En algunas circunstancias la realidad se te ofrece como algo indescifrable, como una copia cuidadosamente emborronada en la que hay muchas cosas que parece que existen pero ya no son nada sino una palabra o una figura. Si la conciencia de tal incomprensión se hace muy aguda, puede llegar a convertir la propia apariencia en algo difícil de controlar, de manera que el componer cada mañana, después de levantarse, una figura que parezca verosímil, se considere una proeza […]”
Josep Antoni Llinás
Sobre la foto de una niña en la casa Farnsworth de Mies, QUADERNS nº 152, pág. 40
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