El proyecto que os traemos hoy nos resulta muy especial, ya que Borja ha sido compañero nuestro desde el inicio de la carrera y gran parte de las ideas y propuestas que vemos en sus proyectos los hemos ido viendo gestar desde la época de estudiantes.
La generación del proyecto parte de una reflexión sobre el concepto de manzana cerrada y la relación entre los espacios generados y los usuarios del edificio.
El proyecto se configura mediante un proceso de compactación de unidades de alojamiento en situación de alta densidad y máximo aprovechamiento, y una agrupación de espacios libres de actividades indefinidas en base a la relación social de la comunidad.
La seriación de las unidades habitacionales en una forma clara y rotunda otorga una imagen emblemática al conjunto. La imagen general del edificio busca el cambio, configurado modularmente, se propone el uso de diferentes colores para cada pieza que hace que la estética sea más interesante que los monótonos edificios de ladrillo a los que estamos acostumbrados. Las fachadas se configuran en bandas verticales, compuestas por paneles metálicos tipo sándwich lacados en diferentes colores y celosías que protegen los paños de vidrio filtrando la luz solar, todo ello envuelto por una «caja» de paneles metálicos blancos. En definitiva, se han elegido materiales económicamente viables pero sin renunciar a la calidad arquitectónica.
ARQUITECTURA
Las 368 viviendas previstas en el programa se desarrollan en dos edificios con tipología de manzana cerrada, el edificio tipo está compuesto por dos edificios en forma de L que configuran la manzana cerrada y la plaza interior (patio de manzana). Los edificios que conforman la manzana dejan dos aberturas al espacio interior que permiten la permeabilidad de la misma y la comunicación entre los espacios públicos exteriores y el patio de manzana interior que se trata como una plaza común que favorece las relaciones vecinales. Debido al desnivel de la parcela se han realizado una serie de bancales que suavizan la transición de las diferentes plataformas con que cuenta la plaza interior.
Cada uno de los dos edificios residenciales se estructuran en torno al espacio interior de manzana con galerías de acceso a las viviendas y a los núcleos de comunicaciones existentes.
Dada la óptima orientación de las viviendas, se opta por mantener en galería la distribución de las viviendas hacia el patio, a fin de localizar a fachada exterior los salones y el mayor número de dormitorios posibles.
Las unidades de alojamiento son un reflejo de la flexibilidad y sencillez del conjunto. Los paquetes de dormitorios se relacionan con los baños mediante un espacio de acceso que articula la relación con el resto de la vivienda. La cocina y el estar se configuran como «espacio continuo», pero independientes, acrecentando la sensación de amplitud de la vivienda y facilitando el uso doméstico.
Debido a la topografía de la parcela, la planta baja cuenta con una diferencia de altura de una planta entre las dos fachadas longitudinales del edificio, situación que se aprovecha para situar la entrada al aparcamiento a nivel desde los accesos previstos y para formalizar la planta baja como un basamento independizado de las plantas superiores mediante un perfil longitudinal negro que recorre toda la fachada.
El patio de manzana de ambas parcelas se configura como una gran plaza desarrollada en dos niveles. La manzana, conformada por dos L, deja dos aberturas de 6 m que comunican y relacionan el patio-plaza con las calles y espacios adyacentes. El desnivel de plaza se trata mediante bancales vegetales y una rampa que comunica las dos zonas.
El diseño de la plaza cuenta con espacios vegetales y arbolados, además de zonas duras, tratadas con diferentes texturas que sirven como zonas de paso y de estancia. La ventilación natural de garaje se realiza con elementos que, a modo de piezas troncocónicas, se distribuyen estratégicamente en la plaza.
LA CIUDAD Y LA IMAGEN INTERIOR
El proyecto se presenta a la ciudad con una imagen moderna, variable y rotunda, configurada a partir de franjas verticales metálicas de diferentes colores. Se pretende huir de la estética de los actuales ensanches de las ciudades donde prevalecen las fachadas anodinas de ladrillo, y primar la significación del proyecto dentro de un nuevo entorno urbano sin referencia alguna.
Los edificios se presentan en la ciudad con dos caras, una de colores cálidos, y otra de colores fríos, ambas articuladas mediante un cuerpo neutro que resuelve la transición entre dichas fachadas. La unidad del conjunto se logra mediante un basamento continuo y un perfil longitudinal negro que recorre los edificios que configuran la manzana.
La seriación de franjas verticales en fachada pretende minimizar la horizontalidad exagerada de las parcelas propuestas por el planeamiento, de este modo, se potencia este hecho con la inclusión de franjas verticales de lamas continuas y con la solución adoptada en los paños entre ventanas de distintas plantas, del mismo color que las carpinterías y persianas colocadas.
La imagen interior responde al proyecto general y al espacio que sirve, así, las fachadas se configuran con las franjas verticales dispuestas en el exterior pero en una tonalidad de verdes y una serie de transparencias que dialogan con los espacios que articulan, la galería de acceso a las viviendas y el espacio interior de manzana.
SOSTENIBILIDAD
Toda la promoción cuenta con doble orientación, de modo que todas las viviendas sean pasantes, favoreciendo de este modo la ventilación cruzada de las mismas.
La ventilación cruzada y la doble orientación de las viviendas, favorece el ahorro energético de las mismas, tanto en verano, disminuyendo el consumo de la refrigeración gracias a la ventilación cruzada, como en invierno, donde la radiación directa en las dos fachadas reducirá el consumo de calefacción.
Con objeto de reducir la radiación directa en verano se han dispuesto una serie de lamas metálicas en las ventanas de salón, de esta forma se evita el sobrecalentamiento de esta estancia en los meses más calurosos del año y, por tanto, se reduce el consumo energético del aire acondicionado.
Respecto a la plaza interior, más del 60% de la ocupación de la misma cuenta con una capa de tierra vegetal de 80 cms de espesor lo que ha permitido plantar especies autóctonas y árboles de bajo porte, de modo que se mejoren las condiciones higrotérmicas de dicho espacio.
Planos: © Voluar Arquitectura
Fotografias: © Ángel Baltanás
enhora buena, sobre todo por la solución del interior de la manzana
A nosotros, así como como nos gusta el juego cromático exterior y los materiales y revestimientos en fachadas, no nos convence la distribución con un patio interior. Claro está que el aprovechamiento es mayor y puede crear mejores vínculos en la comunidad, pero también crea una zona cerrada, sombría, sobretodo en invierno y rodeada de altos edificios. Creemos que seria mejor abrirse al resto del entorno a la ciudad creando espacios abiertos.
Por otro lado, ¿a quien no le gusta un balcón? por pequeño que este sea, los que han vivido en un piso, bien saben lo que este elemento se agradece. En la fachadas exteriores no hay ni un solo balcón ya sea por el sistema constructivo utilizado, como en el caso de construcción prefabricada, o por un tema económico.
En definitiva, creemos que se puede mejorar.
The Exclusive House.