«Escenas cotidianas después de dieciséis meses de ser ocupado por los vecinos. Fotógrafo Àlex García
El arquitecto y urbanista Manuel de Solà Morales redactó el Plan de Mejora Urbana de Torre-sana, planificado como borde pero no frontera, transición entre un barrio de la ciudad de Terrassa y sus límites naturales. Unas pautas, un tablero, hagan juego…
Mediante un concurso de méritos, la entidad Habitatge Terrassa adjudicó las once unidades edificatorias, todas ellas destinadas a vivienda social, a un total de cinco equipos de arquitectos entre los cuales se incluye el propio Manuel de Solà Morales así como los estudios de arquitectura de Enric Soria, Monteys-Lecea, y Flores&Prats.
Autores de los proyectos arquitectónicos
Este es un ejercicio intelectual y práctico de gran escala, un fragmento de ciudad de creación unitaria en el que el espacio público, representado en forma de bosque -no jardín- y calles cortas que relacionan paisajes, tiene la función de cohesionar el conjunto de la actuación.
Calle característica de la ordenación
Cada edificio se somete a las reglas volumétricas fijadas en el planeamiento urbano pero al mismo tiempo se dispone de una libertad absoluta para proyectar de puertas adentro y es ahí donde reside la oportunidad para explorar el universo de las relaciones sociales, de la vida en comunidad. Como en todo, hay quien aprovecha la ocasión para arriesgar con algo diferente repensando el concepto intimidad y hay quien se limita a repetir las fórmulas que el tiempo ha demostrado que no funcionan como debieran.
La definición de la piel de los edificios es elegida por cada equipo con la condición previa de una homogeneidad cromática para cada edificio. Así se comienza a crear, con reglas claras de proyecto, una diversidad en la unidad. Diversidad que no deja lugar al capricho, sino que es una heterogeneidad regulada para armonizar las partes. Si el frente exterior se constituye como claro referente compartido, que está en función de una escala mayor —que es la del espacio público y sus relaciones con el paisaje—, los frentes interiores responden de manera libre a las búsquedas e intenciones de cada equipo de proyecto.»
Zaida Muxí Martínez
El pasado sábado 21 de febrero me uní al grupo de visitas arquitectónicas para adentrarme de la mano de los autores Flores&Prats en el interior de la manzana H, edificio 111. Nos acompañó también Lidia, del departamento de Habitatge Terrassa, una especie de Project Manager que siguió todo el proceso de construcción al tiempo que lidiaba con las opiniones de los vecinos.
Entre las aportaciones de los arquitectos y las de la administración confirmé lo que ya imaginaba, cuan compleja puede llegar a ser una intervención de este tipo y como las decisiones de arquitectura pueden influir de manera directa en la manera de vivir de las personas que la habitan.
Mientras que la intervención de Enric Soria concentraba las áreas de descanso alrededor del patio central, Flores&Prats hacían lo contrario. Este ‘switch’ convierte el patio silencioso y pasivo de uno en el patio ruidoso y activo del otro. La individualidad de cada uno en la colectividad de todos. Añadir que durante 3-4 años se estuvo dialogando con los inquilinos sobre su experiencia de habitar los espacios del edificio 111.
Patio interior. Guiño en el suelo al acabado exterior
Patio interior. Croquis ejecución. © Flores&Prats
Acceso principal. Acabado exterior
Acabado exterior. Croquis ejecución. © Flores&Prats
Acceso a núcleo de viviendas desde el patio central
Acceso a núcleo de viviendas. Croquis ejecución. © Flores&Prats
Acceso a plazas de aparcamiento. Gradación espacio público-privado de varios estadios
Sin embargo, no todo fueron aciertos, la primera jugada no fue un pleno al quince. Cuando se apuesta por algo poco convencional, hay gente reticente que necesita un empujón para decidirse. Las distintas tipologías de vivienda de 45m2 de superficie tienen en común un balcón, un núcleo central semi cerrado de cocina-armario, una habitación estándar y otra sin puerta ni pared. La visual del espacio que se genera es una diagonal que agranda la percepción del piso y, al mismo tiempo, asegura siempre una ventilación cruzada. No obstante, para el inquilino en potencia era difícil de imaginar cómo habitar este tipo de espacio.
La solución pasó por invertir la irrisoria cantidad de 2,000eur en ikea y amueblar un piso piloto para motivar la venta-alquiler del inmueble. Al fin y al cabo, ese es siempre el objetivo final de una promoción inmobiliaria y, al mismo tiempo, la condición sine qua non para que una construcción cobre vida. Y la idea funcionó.
Interior ‘tipo’ de una de las 111 unidades de vivienda. © Flores&Prats
Más información en la web de los autores
Buen artículo Cristina, se nota que lo vives y que comulgas con las mismas formas de pensar. No me imagino la complejidad de tamizar todos los pensamientos del vecindario y darles forma material.
Creo que el espacio urbano es una extensión de nuestras casas. Ya tengo ganas de ver los resultados del proyecto:)).
Proyecto muy interesante, un punto de vista diferente de la integracion.