Hace no mucho comentaba las miniaturas callejeras de Slinkachu. Aunque Elgin Park podría parecer más de lo mismo no tiene nada que ver. Mas allá de las fotografías resulta conmovedora la historia tras esta ciudad en miniatura imaginada por Michael Paul Smith.
Michael Paul Smith es un tipo solitario. Ya mayor, vive recluido en su casa sin tener demasiado contacto con nadie. Su vida no ha sido fácil. Confiesa que algunos de sus traumas no los ha superado del todo. De pequeño en el colegio sus profesores le dejaban salir 15 minutos antes conscientes de que sus compañeros lo acosaban. Sus padres no le hacían mucho caso, y podría contar historias de muertes y mutilaciones familiares. Se tiene inspirado en ellas para recrear escenas de Elgin Park, algún accidente de coche tal vez. Él mismo intentó suicidarse varias veces. Tuvo un sin fin de trabajos que iba dejando o lo despedían, hasta que descubrió que lo que quería ser es maquetista:
Elgin Park, la ciudad en miniatura imaginada por Michael Paul Smith
Decidió construir una ciudad en miniatura en la que encontrarse bien. Una realidad alternativa con tintes autobiográficos. Cuidada hasta el mínimo detalle, a simple vista resulta imposible detectar que no son imágenes reales. Posee una gran colección de réplicas de automóviles de los años 50 y 60, el resto lo construye él mismo.
Imagina una escena cotidiana y la recrea a su modo, o copia algún anuncio de viejas revistas. La mayoría de fotos las toma en el exterior utilizando fondos reales. Por pura intuición consigue encajar punto de vista, maquetas y fondo para que la escala resulte adecuada. En realidad se trata de ilusiones ópticas. Utiliza una cámara automática de las de 150 o 200 euros. No aplica retoques fotográficos más allá del revelado típico de ajuste de blancos, brillo, contraste y algún que otro filtro.
Las empezó a publicar en internet para darle vida a su ciudad en miniatura. Comenta que un día lo llamaron de una marca de coches inglesa pidiéndole permiso para utilizar algunas fotos. De un día para otro, literalmente, pasó de unas pocas visitas a cientos de miles. Ahora aconseja a otros aficionados que se ponen en contacto con él. Confiesa que pese a los duros años que le tocaron siempre confió en hacer algo que marcase la diferencia, y se siente satisfecho de haberlo conseguido.
Para visitar Elgin Park lo mejor es darse una vuelta por su página de Flickr. También ha editado un libro recopilatorio que se puede adquirir por 70$, 50 del libro y 20 por el transporte internacional.
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