Aunque se diga que sobre gustos no hay nada escrito, lo hay y mucho. Personalmente considero que la belleza no es un concepto subjetivo, existen patrones ocultos o no inmediatos a la vista del observador inexperto, que subyacen en todo aquello que nos rodea y que lo hacen o no agradable a la vista. Y esto que digo no es nada nuevo, más bien al contrario.
El concepto de armonía se originó ya en la antigüedad clásica cuando el griego Platón observó una manera de partir un segmento de forma armónica que llamó La Sección. Más tarde, cerca del año 300 A.C Euclides encontró la fórmula geométrica de hacerlo y le llamó La Sección Áurea:
La razón entre el segmento y la parte mayor es igual a
La razón entre la parte mayor y la menor:
AB/AC=AC/CB
Es esta misma proporción la que rige nuestra anatomía puesto que está estipulado que la razón entre la distancia del ombligo a los pies y la distancia de la cabeza al ombligo es Φ, así como también la razón entre la altura de un hombre y la distancia del ombligo a los pies. Con esta misma idea Da Vinci representó la figura humana perfecta, su Vitruvian Man, y Le Corbusier su Modulor.

Vitruvian Man

El Modulor
El primer arquetipo basado en las relaciones espaciales fue definido por el arquitecto alemán, conocido por todo estudiante de arquitectura, Ernst Neufert. Su trabajo, Architect’s Data (1936: Bauentwurfslehre), es una enciclopedia de los espacios, abiertos y cerrados, que usamos los seres humanos. La obra en sí es una descripción exhaustiva y precisa de la ergonomía o estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los emplea habitualmente, para lograr una mayor comodidad y eficacia. Ergonomía y movimiento como principios de la estandarización y construcción del espacio. Después de Neufert, hubo muchos otros estudios postmodernos basados en las medidas humanas para asentar las reglas básicas que rigen la ergonomía hoy en día y que son de vital importancia en el mundo del diseño.
Ernst Neufert – Arte de proyectar en arquitectura
La serie de fotografías Human-Reification de Paul Gisbrecht representan una crítica a este enfoque ‘neufertiano’, uniforme y regular. Es una aproximación que no contempla la posibilidad de que las excepciones o las preferencias personales interfieran en el mundo del diseño. Esta idealización humana, considerada como un concepto abstracto, nos convierte a todos en un igual, en un arquetipo que borra nuestra propia identidad y transforma a los humanos en meros objetos o varas de medir.
Human-Reification de Paul Gisbrecht
Sus fotografías en blanco y negro se adjudicaron en 2011 el «Premio Mundial de Fotografía de Sony en la categoría de arte conceptual”. Son registros duraderos que describen escenas cotidianas superficialmente. El mero hecho de emplear las cotas hace que todo sea medible y enseña objetivamente las acciones, representándonos casi como robots o máquinas de hacer cosas.
La pregunta entorno a la cual gira la colección es:
se puede o se debe medir el hombre-mujer ideal?»
Todas las imágenes de Human-Reification © Paul Gisbrecht
Qué importante es conocer el cuerpo humano a la hora de proyectar, de hacer útil el diseño. Cuánto nos ha ayudado Neufert, siempre a mano en las estanterías…