1968 La salida de la Tierra, 1972 la Canica Azul y 1990 Un punto azul pálido
Yo era muy crío en 1972 y no tengo recuerdo, pero tuvo que ser emocionante contemplar la Canica azul. Por primera vez un selfie completo de la Tierra desde el espacio. Cuatro años antes el “ohhhh” debió ser aún mayor al observar La salida de la Tierra desde la Luna. Y dieciocho después Un punto azul pálido inspiró una reflexión de Carl Sagan de las que te ponen la piel de gallina.
Motivado por esas sensaciones, en 1998 el vicepresidente estadounidense Al Gore impulsó el proyecto de lanzar un satélite cuya finalidad fuese proporcionar a todo el mundo imágenes inspiradoras de la Tierra para concienciarnos sobre su fragilidad y la necesidad de protegerla. Aprobado inicialmente por la NASA fue desestimado por su prácticamente nula finalidad científica. Y pese a que poco después se llegó a construir el satélite tras reformular el proyecto para dotarlo de contenido científico, se fue aplazando hasta su cancelación.
Pero en 2008 con Obama de presidente cambiaron los vientos y finalmente en febrero de 2015 se lanzó al espacio. En julio el Deep Space Climate Observatory (DSCOVR) comenzó a enviarnos fotografías. Desde entonces las recibimos a diario y casi en directo, con un día de retraso. No nos servirán como plano de situación pero quizás sí para intentar hacerla un mundo más habitable.
La Tierra desde el espacio completa y de día
Tras los avatares narrados el Observatorio de Clima del Espacio Profundo pertenece a la NOOA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense. Lo utilizan para estudiar el clima espacial, sobre todo la interacción del viento solar con la magnetosfera terrestre. Pero conserva su objetivo inicial, enviarnos fotografías de la Tierra desde el espacio.
Está ubicado a millón y medio de kilómetros entre la Tierra y el Sol, en el Punto de Lagrange L1. Un punto singular de equilibrio gravitatorio que permite a cualquier objeto allí situado desplazarse sincrónicamente con la Tierra, el objeto de menor masa, alrededor del Sol. Es decir, con el Sol siempre a la espalda enfocando a una Tierra completa siempre iluminada. Siempre de día y sin contraluces.
Ese desplazamiento sincrónico hace que el punto de observación sea fijo mientras la Tierra se mueve. Al rotar de oeste a este la cara que presenta es siempre cambiante. De ese modo las imágenes son de toda la superficie del planeta y no siempre de la misma porción como en los satélites geoestacionarios. Y dada la inclinación del eje de rotación también varían según la época del año. España se ve casi centrada en el verano del hemisferio norte, y de refilón en invierno.
La Luna se encuentra a 384.400 Kms. de distancia y por tanto mucho más cerca que el DSCOVR. Esto le ha permitido captar espectaculares ocultaciones y tránsitos mostrándonos su cara oculta, la que nunca veremos desde la Tierra. Además, también ha recogido el movimiento de su sombra cuando se ha producido algún eclipse.
Para ello utiliza una cámara curiosamente denominada “Epic” (Earth Polychromatic Imaging Camera) dotada con un sensor CCD de 2048×2048 pixels montada sobre un telescopio de 30,5 centímetros de diámetro. Su resolución y detalle se aleja mucho de las fotografías captadas por satélites más cercanos, pero se trata de imágenes en color real, no en falso color o en infrarrojo como las obtenidas por la mayoría de satélites meteorológicos. Lo más parecido a como las vería un ojo humano.
Recibe las imágenes cada pocas horas en Twitter
Todas esas imágenes se pueden observar desde su propia página web. Podemos elegir el día que queremos observar y escoger una de entre las 9 a 20 imágenes diarias disponibles, o reproducir un timelapse. También cuenta con una lupa para ampliar la porción que deseemos. Normalmente se publican entre 12 y 36 horas después de ser tomadas.
Se distribuyen con una licencia que permite utilizarlas incluso con propósitos comerciales. Utilizando su API el programador @russss ha creado @dscovr_epic. Se trata de un bot para twitter que publica cada pocas horas la última imagen disponible. Además de la foto incluye información sobre la fecha, la hora UTC y la zona mostrada. Una bonita forma de controlar el tiempo desde esa red social.
El DSCOVR tiene una vida útil estimada de cinco años aproximadamente. Podremos disfrutar de la Tierra desde el espacio hasta el 2020. Ojalá dure más.
Vía el podcast El gato de Turing
Página Oficial: DSCOVR: Deep Space Climate Observatory
Más información en el blog de Daniel Marín
La imagen que muestra la tierra al fondo y la luna en primer plano, por la explicación que se da de la posición del satélite, luna y sol, debería estar la luna casi completamente iluminada con un brillo similar al que vemos en una luna llena, pues esa posición es de una luna nueva en la tierra. Así q se puede pensar más en un diseño gráfico de ordenador q una imagen real.