En la realidad de hoy en día avanzamos hacia una forma de entender la vida y los elementos de nuestra sociedad totalmente “conectados”, y esto afecta directamente a la forma de entender el hogar, las ciudades, la propia arquitectura o el interiorismo. Aquí es donde encaja el internet de las cosas.
¿Es posible que un edificio cambie de color o incluso se comunique contigo según el tiempo exterior?
¿Puede un coche llamar a una ambulancia más rápido que tú desde un teléfono?
¿Puede una ambulancia reunir toda información crítica necesaria del paciente antes de llegar al hospital?
¿Qué es exactamente el internet de las cosas?
Este concepto proviene principalmente de un trabajo que vio la luz en 1999, Cuando las cosas empiecen a pensar, del investigador Neil Gershenfeld, del MIT. Él decía que:
“además de tratar que las computadoras estén integradas en todo, deberíamos intentar que no nos estorben”
Además de eso sugería que la tecnología sea capaz de comunicarse con sí misma, que tenga identidad, que detecte su entorno y se adapte, adoptando decisiones según las necesidades específicas para ayudarnos en nuestra vida diaria. Este planteamiento está revolucionando (o ha revolucionado ya) los diferentes sectores de la industria, entre ellos nuestra forma de entender los edificios y de de habitar en ellos, el hogar o incluso el transporte.
Para tener un mejor entendimiento de esta idea, la ilustramos con este vídeo de Openarch.
Se trata de un prototipo real de una “smart house” o vivienda inteligente, un proyecto de Thinkbig Factory. La primera vivienda diseñada partiendo de la idea de incorporar elementos digitales que conectan la casa y sus elementos a Internet. Esto supone la suma de muchas y variadas aplicaciones de las nuevas tecnologías en el hogar, para este propósito se ayuda de dispositivos como Kinect, cámaras, proyectores con sensores para diversos objetivos como medir desde el CO2 hasta el consumo eléctrico.
Evidentemente el internet de las cosas va más allá de la arquitectura o interiorismo de las casas ilustrándose en una palabra que a todos nos resulta conocida, las “smart cities” o ciudades inteligentes. Esas ciudades futuristas que teóricamente nos proporcionarán una vida más fácil, un hábitat optimizado, así como cierta sostenibilidad, donde la eficiencia energética de los hogares alcanzará su máxima expresión y, que actualmente, están muy de moda.
¿Pero y las consecuencias?
Cómo nos afecta el internet de las cosas en las ciudades
Este vídeo publicitario de Cilab’s Smart City trata sobre cómo el internet de la cosas y la tecnología pueden transformar nuestras ciudades en “smart cities” inteligentes y minimizar el impacto ambiental de las actividades que realizamos a diario.
Podemos observar que el internet de las cosas mueve muchos millones. Según estudios recientes, supondrá unos ahorros de 14,5 billones de euros a nivel mundial. Once de ellos en el entorno privado y el resto en el público. Aunque podemos asumir que con toda probabilidad aportará beneficios a la sociedad, siempre existen los pros y también las contras, ciertas desventajas y ventajas que debemos considerar.
Autora del texto:
Este artículo ha sido escrito por Amanda Clarke, creadora de contenidos en un proyecto para un fabricante de taquillas fenólicas en Barcelona.
Esta claro que de aqui a unos años esta clase de sistemas ganaran aun mas relevancia. Estamos asistiendo a un gran cambio. No hay mas que ver como las cerraduras electrónicas comienzan a implantarse y asentarse en el mercado.
Estamos asistiendo a una revolucion. Cada vez más casas que se abren solas, sistemas tecnologicos de seguridad. Una locura