Arquitectura comparada – Aalto vs Zumthor
La identidad es una construcción. Como tal, arrastra todos los vicios y virtudes del término, así como un sinfín de posibilidades. Es, en esencia el resultado de un choque de fuerzas, la interacción de condicionantes internos y externos a lo identificado, que engloba tanto el dedóndevienes como el adóndevas, pilares de la temporalidad, del cuándo. Es, además, un quién y un cuántos, pues inmersa en una telescopicidad inevitable, la identidad es una moneda acuñada entre el yo y el nosotros, y como tal es el resultado, al mismo tiempo, de la autoconstrucción y del proyecto.
Alvar Aalto – Pabellón de Finlandia 1939
Aalto propone para la Exposición Universal del 39 una imagen del nosotros, un muro que serpentea por el tiempo pasado para contar la historia de su patria. A lo ancho de sus tres actos horizontales desfilan unas imágenes seleccionadas, seguramente, con extremo cuidado, con el fin de expresar un «hola, mundo», para que este, tras la visita, sepa a título propio qué significa ser finlandés. El espacio cavernoso de Zumthor, por su parte, es una invitación a lo contrario: a desvestirse del plural y centrarse, aunque sea por un momento, en la cara del yo. El muro estriado de la capilla, también serpenteando entre los ecos de técnicas pasadas, se cierra en torno al visitante, obligando a la visita en grupos muy reducidos o, incluso y si se dispone de la suerte y del lujo, en solitario.
Peter Zumthor – Bruder Klaus Kapelle
Si bien ambos espacios proponen una recolección, la del Pabellón de Finlandia resuena más con la mirada hacia un pasado retroiluminado, una constatación del orgullo escrito por incontables manos hermanas bañadas por las luces del norte. La memoria, parece expresar, puede ser algo claro, fulgurante y puro, una crónica que se expone, que se cuenta, que toma el espacio con total soberanía y autoridad, mientras que, en la capilla, el relato del yo descansa por unos instantes que le permitan atacar con decisión la siguiente página en blanco, ante la atenta mirada de decenas de diminutos ojos. Aquí la luz es un soporte que cae, araña las paredes y se derrama sobre el visitante, situándolo en el centro de un foco solidificado donde reflexionar sobre sí mismo y asomarse, durante unos instantes, al resto del camino.
Arquitectura comparada – Primera persona
Un camino que raramente se traza en línea recta, que ondula entre decisiones, apuestas, aciertos y errores, y que da como resultado esa identidad propia. Una primera persona que se proyecta en el resplandor del pasado, en la invención de la historia, y se erige paso a paso hacia sí misma, guiada por el faro de los recuerdos de un futuro imaginado.
NOTA: Podéis consultar más comparaciones de arquitectura en esta publicación.
Sobre el autor: Hugo M Gris
Arquitecto por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Máster por la ETSAB, me interesan todo aquello que me ayude a entender cómo funcionan las cosas. Me encantan las historias y las consumo en cualquier medio que me salte al paso: cine, cómics, videojuegos, etc, con el sueño de poder ser yo quien las cuente algún día.
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