Se acabó Ludantia 2018. ¿Recuerdas algún congreso en el que el final de cada jornada se convierte en un no parar de comentarlo? Éste es uno de esos casos. Cada viaje de ida y de vuelta a Pontevedra ha sido puro debate sobre lo escuchado y lo aprendido. Llego a casa cansado tras una experiencia enriquecedora como pocas.
A principios de 2017 ya os invité a participar. Ludantia nació con la intención de convertirse en plataforma donde compartir y difundir experiencias educativas relacionadas con la arquitectura. Y a fe que lo han conseguido. Se presentaron casi 90 proyectos de 18 países diferentes.
No imaginé que fuese a resultar un evento tan internacional. Resultó divertido tropezarse con gente de tantos sitios diferentes. Así de memoria, charlé con o escuché a personas de Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, México, Italia, Francia, Portugal, Alemania, Bulgaria, Rumanía, Suecia, Finlandia, Austria, Turquía, Egipto, Japón, China y me dejo países seguro. De vez en cuando te topabas con alguien de España (vale, exagero un poco, pero esa era la sensación).
En su web se pueden consultar todos los proyectos presentados. Clasificados por países y por categorías. Una ficha para cada uno con un mini vídeo explicativo y enlace a más información. Eso, un montón de cosas más, y las que están por venir.
Ludantia 2018
Conferencias, Seminarios y Exposiciones
En realidad esta primera edición de ludantia no ha terminado. Sí lo han hecho las conferencias y seminarios que acompañaron la inauguración de sus 4 Exposiciones. No os las perdáis si se acercan por vuestra ciudad. En el Pazo da Cultura de Pontevedra seguirán hasta el 17 de junio, lugar que acogío todo el evento.
Os recomendaría todo todo, pero por no extenderme del jueves me quedo con las intervenciones premiadas en la Bienal. Sobre todo con Escalera de la quinta calle del barrio de Marín en Caracas, Venezuela del Colectivo Surgente. Un proyecto inspirador donde los haya, de esos que llegan directamente al corazón. Una empinada escalera de 113 escalones que además resultaba frontera invisible para las dos calles a las que da acceso. Los niños y niñas del barrio la convirtieron en una cascada de color que sirvió de puente de unión para los adultos de ambos lados que llevaban generaciones viviendo de espaldas.
Los tres proyectos ganadores
Del viernes destaco la conferencia de Javier Vera “Arquitectura como (pequeña) provocación”. Una serie de intervenciones en espacios públicos de Perú. Todos procesos participativos en los que niños y niñas fueron protagonistas desde la fase de proyecto hasta la de construcción.
Planta de la Expo-activa
Y el sábado por fin se pudo escuchar a Francesco Tonucci como se merecía. Ya había intervenido el jueves en un mano a mano con el alcalde de Pontevedra. Pontevedra es ejemplo a imitar de urbanismo inclusivo. Y Tonucci el pedagogo y caricaturista autor de ‘La ciudad y los niños’, la más importante influencia de todos los proyectos presentados. Pero el alcalde se puso a hablar y acaparó buena parte de la charla.
Prestad atención a la web. En Ludantia 2018 se grabaron en vídeo todas las conferencias y seminarios, y sé que se publicarán en cuanto estén editadas. Muy probablemente en septiembre. Y si tenéis oportunidad de haceros con el catálogo no lo dudeis. Casi 600 páginas con las conferencias y una gran selección de los proyectos y comunicaciones enviadas. Ojalá se llegue a distribuir en librerias porque merece mucho la pena.
Aprendizajes obtenidos
Mi motivación para asistir radicaba en el trabajo que realizamos en la actualidad con alumnado de secundaria el grupo de Educación para el Desarrollo de Arquitectura Sin Fronteras Galicia. Sabíamos que en Ludantia 2018 nos encontrariamos con multitud de ejemplos de los que aprender, obtener nuevas ideas y visiones. Y así ha sido. Pero sobre todo me quedo con un panorama mucho más amplio de lo que imaginábamos.
Bajo esa denominación de Educación para la Arquitectura se encuadran trabajos con enfoques diametralmente opuestos. Da la impresión que incluso en ocasiones nos referimos a cosas distintas al hablar de por ejemplo participación. Que se participe en una actividad en absoluto implica que se trate de un proceso participativo. En ASF intentamos también abordar estos procesos desde un enfoque de derechos en el que el resultado final ni siquiera es importante muchas veces. O es lo menos importante.
Descubrir tal variedad me ha ayudado a situarnos dentro de este abanico. Y lo más importante, nos ha interpelado a reflexionar nuevamente sobre lo que pretendemos. A poner en común estas reflexiones y a descubrir que incluso las visiones dentro de ASF difieren de unas personas a otras.
Confío en que tendremos una segunda edición, una tercera y muchas más. Y ojalá tenga la oportunidad de poder asistir de nuevo.
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