Desde 2013 si vives en Tallin, la capital de Estonia, dispones de transporte público gratuito. Al parecer la experiencia está resultando tan positiva que el gobierno planea extender la medida al transporte rural.
Cinco años de transporte público gratuito en Tallin
Hace cinco años la municipalidad de Tallin realizó un inusual referendum. Se consultó a su ciudadanía si implantar o no la gratuidad del transporte público. La pretensión del gobierno municipal en aquel momento era ésa. Pero entendían que no merecía la pena adoptar una medida de este tipo sin un amplio consenso político y social. El referendum no era legalmente vinculante, pero el apoyo de su población garantizaría la superviviencia de la medida a largo plazo.
En consecuencia, se ha disparado la utilización de autobuses, tranvías y trenes en la ciudad. No sólo se ha estimulado la movilidad de la población con menores ingresos, sino de toda en general. La gratuidad ha producido un efecto llamada hacia el centro y todos sus locales de entretenimiento.
Como era de esperar, por fin ha dejado de estar atestada de automóviles. Acompañando a esta medida se aumentó la tarificación del aparcamiento. Por contra, se sumó la gratuidad tanto de aparcamiento como de transporte público para las personas no residentes que dejasen su coche en las afueras. Al ofrecer una alternativa, el alza de precios en los parkings del centro se asumió de forma natural.
Una medida económicamente rentable
Desde un punto de vista méramente económico la medida no sólo no ha dado pérdidas sino que está dando beneficios. Para disfrutar del transporte público gratuito se ha de residir en la ciudad. Quien no esté empadronado, y desde luego el turismo que visita Tallin, deberá abonar el billete.
Evidentemente, el número de empadronamientos ha amentado lo que ha supuesto a su vez un aumento en los ingresos municipales. De los impuestos recaudados anualmente, la ciudad recibe mil euros por habitante.
¿Cundirá el ejemplo?
Pues todo parece indicar que sí. París por ejemplo se lo está planteando muy seriamente. Al reducir el número de vehículos circulando pretenden reducir la tasa de contaminazación que padecen.
De todos modos la gratuidad total y los 365 días del año puede parecer un tanto extrema. Probablemente no sea una solución universal y cada ciudad tendrá que realizar sus ajustes. No es raro por ejemplo observar estas medidas tan sólo los fines de semana. O la aplicación de diferentes tarifas a distintas horas del día.
Lo que parece meridianamente claro es que no resulta sostenible la situación actual. Hemos estado décadas diseñando las ciudades tomando el automovil privado como medio principal de transporte. Hemos sacrificado miles de metros cuadrados de espacio público y puesto su comodida por encima del peatón. Va siendo hora de que tomemos cartas en el asunto.
Vía Pop Up City, vía Mixx.io
Imágenes de Wikipedia y Pop Up City
Me parece una idea fantástica, ojalá lo sepan gestionar bien y otras ciudades tomen ejemplo.