Los conceptos de Agricultura Urbana y Smart City llevan mucho tiempo sobre la mesa formando parte del futuro de las grandes urbes, pero…
¿son estas soluciones realistas?
Estos conceptos no solo se enfrentan a las soluciones técnicas, que deben de acompañarlos, sino también a la necesidad o la voluntad de la gente para adaptarlos e introducirlos dentro de sus comunidades.
Los Millenials somos los responsables como residentes en las ciudades contemporáneas de que estos cambios tengan un espacio real en la ciudad del futuro, ya que este se encuentra en nuestras manos. Ambos conceptos están cobrando una especial relevancia en la actualidad. La agricultura Urbana tiene grandes posibilidades y puede ser de vital importancia en los próximos años gracias a la nueva cultura ecológica y saludable que se esta instalando, cada vez más, en las nuevas generaciones, además podría jugar un importante papel en la mitigación del cambio climático y en la sostenibilidad alimentaria de las ciudades modernas.
Estas iniciativas no pretenden, ni deben sustituir a la agricultura tradicional, pero pueden abastecer a comunidades con productor locales de alta calidad y frescura gracias a la accesibilidad directa. Este modelo más compacto permite una reducción considerable del coste de mantenimiento frente a los modelos tradicionales y permite mantener una producción sostenible a lo largo de todo el año, en definitiva, crea una infraestructura alimentaria urbana y nuevas economías de escala satisfaciendo ciertas necesidades a sus entornos más inmediatos integrando factores sociales, educativos y económicos.
The Farmhouse – © Precht studio
Los huertos urbanos no solo reducen el impacto medioambiental de las ciudades y fomentan la biodiversidad, sino que también pueden servir de apoyo para el aprendizaje y la inclusión. La red de universidades cultivadas es un proyecto dirigido a formar futuros maestros, para que luego lo trasladen a los centros escolares, un modelo que esta teniendo un gran éxito allá donde se esta implementando.
Ilimelgo’s vertical farm introduce la agricultura urbana en París – © Poltred
La accesibilidad y la inmediatez que se ha ido inculcando en la sociedad hacen que este tipo de iniciativas sean más viables, dado a que permiten una adquisición más fácil de un producto de cercanía, que se esta demandando desde la conciencia ecológica y sostenible por las nuevas generaciones.
La agricultura urbana apoyada por las nuevas tecnologías puede formar parte de este nuevo concepto integral de ciudad.
Actualmente todas estas aplicaciones como Cabify, Glovo, Uber y Airbnb forman parte de la evolución de las ciudades hacia lo que se conoce como Smart city. Este nuevo modelo puede acabar creando microeconomías de comunidades ofreciendo accesibilidad, frescura y una producción orgánica que permitirá comer más sano, en definitiva, vivir mejor.
Se estima que en 2008 existían en España unos 15 huertos urbanos mientras que las cifras actuales rondan los 900 a lo largo de todo el país situados en 350 localidades diferentes. Tras la crisis económica que surgió en 2008 comenzó el llamado boom agro-urbano y el activismo ecológico comenzó a tomar especial relevancia en la mentalidad de las masas gracias a la moda de lo saludable y sostenible.
Arquitectos de fama internacional han visto en este sistema una oportunidad para crear todo tipo de propuestas. Las granjas verticales se han convertido en un modelo de estudio para ciudades como Paris, Ámsterdam o incluso Nueva york, la reconversión de estructuras en desuso como la del ferrocarril neoyorkino que se transformó en el famoso High Line Park, o incluso la reutilización de las azoteas de los edificios para el cultivo.
Ziggurat Granja Vertical en Paris – © ABF-lab
Diferentes empresas como Farm in the city han desarrollado modelos más económicos y compactos para el desarrollo de estas actividades en espacios reducidos, ya que el espacio es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las grandes ciudades.
Estamos en un momento en el que el foco se encuentra en la evolución de las ciudades, en como deben cambiar para adaptarse a las nuevas necesidades y al nuevo mercado que reclaman sus habitantes, y donde sus gobernantes deberán apoyar están iniciativas con cambios en las normativas y nuevas propuestas para facilitar esta transición.
Azotea en Brooklyn – © Eagle Street Rooftop Farm
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