Después de más de tres años, la rediseñada Bolsa de Comercio abre sus puertas en París, financiada por el multimillonario François Pinault, la transformación del histórico edificio francés, convertido ahora en un museo de arte, que estuvo a cargo del arquitecto Tadao Ando.
El círculo perfecto de la Bolsa de Comercio deslumbra al visitante. Bajo la cúpula, una vez agotado el placer de admirar los frisos y murales restaurados, luce la instalación de Urs Fischer, una réplica al tamaño natural de El rapto de las Sabinas, de Giambologna, que en realidad es una vela inmensa de cera con múltiples mechas encendidas.
Bolsa de Comercio de París rediseñada por Tadao Ando
Las 200 obras de 32 artistas que componen Ouverture (apertura), título de esta muestra inaugural que expone por primera vez en Europa, entre otras obras, la colección completa de Pinault del artista “radical e intransigente” estadounidense David Hammons, buscan trascender al mero muestrario de las adquisiciones del magnate francés.
Pinault quiere dejar claro que su nuevo museo no es una fundación sino más bien una aventura familiar. Cuando cuenta su génesis deja ver la diferencia entre un simple soñador y un empresario.
“Al principio fue solo un sueño que parecía irrealizable. Luego, ese sueño se convirtió en ambición. Y esa ambición se ha transformado, hoy, en realidad.”
En la tercera planta del edificio (que tiene cinco, dos de ellas subterráneas), no podía faltar un restaurante-café, el Halle aux Grain, con una cocina inspirada en la historia del edificio y su exquisito equilibrio entre tradición y modernidad.
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