
Retrato del arquitecto paulista Paulo Mendes da Rocha. © Fotografía de André Seiti.
2006, el jurado del Pritzker Architecture Prize da como ganador al arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha. El acta de resolución constata que el premiado:
“ha producido edificios con un profundo conocimiento de la poética del espacio. Modifica el paisaje y el espacio con su arquitectura, esforzándose por satisfacer las necesidades humanas tanto sociales como estéticas”
No puedo más que coincidir con esta afirmación y recordar, ahora que ya no está, las lecciones que ha impartido con la materialización de sus proyectos y la verbalización de sus pensamientos. Queriendo o sin quererlo, sus aportaciones constructivas e intelectuales, constituyen un valioso legado.
Paulo Mendes da Rocha (1928-2021)

Casa Butantã de Paulo Mendes da Rocha. (São Paulo. 1966). © Fotografía de Leonardo Finotti.
La arquitectura de Mendes da Rocha puede considerarse brutalista (aunque «el brutalismo no es nada«) pero yo acompañaría el término con el adjetivo delicada. La rotundidad de sus proyectos se equilibra con la participación simbiótica de la naturaleza y el contexto político, económico y social que la acompaña. Así, incluso en la construcción íntima de una vivienda unifamiliar, pueden leerse sus ideales socialistas.
«No hay espacio privado, solo grados de espacio público. El único espacio privado que puedes imaginar es la mente».

Casa Malta Cardoso de Paulo Mendes da Rocha. (São Paulo. 1963). © Fotografía de Leonardo Finotti.
Mendes da Rocha aprendió de João Batista Vilanova Artigas (1915-1985), arquitecto a la cabeza del movimiento arquitectónico conocido como Escuela Paulista (São Paulo) cuyas líneas maestras se definen por la introversión hacia el entorno, la continuidad espacial y el uso de grandes vanos. La estética y la técnica eran importantes, pero todavía lo era más el proyecto político subyacente en pro del futuro del país.
Artigas propuso un plan de estudios para la Facultad de Arquitectura (aprobado en 1962), que priorizaba el taller de proyectos frente a otras asignaturas como principal espacio de enseñanza y discusión. Además, apostó con fuerza por la educación transversal para formar profesionales «completos» con los conocimientos necesarios para construir una nueva nación.
El impacto de la labor de la Escuela Paulista quedó algo eclipsado por la Escuela Carioca (Río de Janeiro), que con figuras como Oscar Niemeyer o Lucio Costa tuvieron mayor capacidad de traspasar fronteras. No obstante, el papel histórico de arquitectos como Mendes da Rocha fue trascendental para superar el subdesarrollo después del golpe militar de 1964.

Gráfico: Escuela carioca, escuela paulista, detalle de ciertos aspectos de la línea de tiempo para comprender algunos eventos temporales. © Dra. Arq. Ruth Verde Zein.
Durante años, las obras de Vilanova Artigas y Mendes da Rocha fueron ignoradas. Fue en 1990, con el reconocimiento de la destacada labor de Lina Bo Bardi como arquitecta y diseñadora, cuando las décadas de silencio se transformaron en elogios como el Pritzker de 2006. Más vale tarde que nunca.

Museo Brasileño de Escultura de Paulo Mendes da Rocha. (São Paulo. Construido entre 1987 y 1995). © Fotografía de Leonardo Finotti.
Pequeño homenaje audiovisual al Museo Brasileño de Escultura por Pedro Kok.
Deja una respuesta