El consumo energético de los edificios supone una parte considerable del total de energía consumida. Por ello, se han ido aprobando normativas tendentes a reducirlo. Según los datos arrojados por el IDAE, nuestras casas consumen la quinta parte de toda la energía que se consume en España, y la cuarta parte de la electricidad.
Teniendo en cuenta que en España cerca del 80% de los 20,8 millones de viviendas de nuestro parque edificatorio fueron construidas antes de los años 80, se traduce en viviendas con grandes deficiencias de aislamiento. A estas deficiencias se le añaden el gasto energético equivalente al uso diario de calefacción, electrodomésticos, agua caliente, cocina, iluminación, aire acondicionado…
¿Cuánto consume tu vivienda?
Ante la necesidad de reducir el consumo de energía, se establecieron unas exigencias básicas de ahorro de energía, recogidas en el DB HE 1 (Documento Básico, Ahorro de Energía), y un procedimiento regido por el R.D. 47/2007 que obliga a compradores o usuarios de edificios de disponer de un certificado de eficiencia energética, el cual recoja las prestaciones energéticas del mismo y los valores de emisión de CO2. Esta ‘etiqueta‘ no sólo se ha aplicado a la edificación, sino que es utilizada en otros bienes de consumo como electrodomésticos o lámparas.
Más de la mitad de las personas entrevistadas por el IDAE no sabían cuál era la calificación energética de sus electrodomésticos, y muchos ignoran el gasto que supone tener el aparato encendido en modo stand by.
A nivel global, podría decirse que el reacondicionamiento de la fachada del edificio es un importante paso para notar una mejora considerable energéticamente hablando, ya que estabiliza las temperaturas interiores y evita oscilaciones térmicas dentro de la vivienda, proporcionando confort térmico. Por otro lado, la reposición de carpinterías acompaña a esta reducción de demanda energética, ya que la mayoría de edificios cuentan con ventanas con una única hoja de vidrio o marcos sin aislamiento, por lo que las prestaciones térmicas son muy limitadas.
A nivel individual, arrojo algunas propuestas como son el suelo radiante como instalación de calefacción de bajo consumo (aunque existen otras opciones a demás de esta), electrodomésticos con alta certificación energética, la sustitución de luminarias de bombillas tradicionales a bombillas LED, y aparatos de aire acondicionado con recuperador entálpico. Está claro que no todas las viviendas consumen lo mismo, pero podemos reducir en la medida de lo posible la energía extra consumida.
Gran post para estar al tanto un tema tan actual. Me quedo con las recomendaciones finales que dais para mejorar la eficiencia energética como mejorar la fachada o tan sencillas como el uso de electrodomésticos de eficiencia energética. Muy útil. Saludos! 🙂