La remodelación de la Puerta del Sol de Madrid, que empezará en marzo del 2022, supone su total peatonalización: no habrá coches y desaparecerá la icónica ballena y culminará previsiblemente en un año.
Supone la peatonalización total y definitiva de la mítica plaza madrileña, centro neurálgico de la ciudad, así como de todas las calles convergentes. Al mismo tiempo, recupera el vacío central y la arquitectura del espacio sin añadir elementos novedosos que lo desvirtúen. También elimina la icónica ballena, que será sustituida por un pabellón de forma oval.
Se generará un espacio central diáfano bordeado en su lado norte por una línea de bancos que se dividirá en ocho partes con tres interrupciones principales que coinciden con las calles que entroncan con la plaza (Preciados, Carmen y Montera) y otras cuatro particiones intermedias para permitir una mayor fluidez en el tránsito peatonal.
El eje que va de oeste a este, desde las calles Mayor y Arenal a las calles Alcalá y Carrera de San Jerónimo, se refuerza mediante la agrupación de los quioscos en sus dos extremos mediante unos nuevos pabellones de vidrio con forma de racimo de unidades circulares pegadas unas a otras. Otra de las novedades será una fuente con forma oval que sustituirá a las dos fuentes actuales y acogerá en su interior la estatua ecuestre de Carlos III.
Esta remodelación permitirá hablar de la Puerta del Sol como una plaza, algo que no se había conseguido hasta ahora, asumiendo las condiciones clásicas del espacio público mediterráneo y convirtiéndola a la vez en un amplio foro urbano común en el que podrán desarrollarse actividades de todo tipo compatibles con la función comercial, estancial y de encuentro que debe marcar su día a día. Estas cualidades otorgarán el equilibrio necesario a este punto esencial de la geografía urbana de la ciudad.
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