Espectacular. Acabo de realizar por segunda vez un paseo guiado por la Estación Espacial Internacional. Virtualmente, ojalá pudiese ser en persona. Es una visita que recomiendo encarecidamente. He tardado unas dos horas llenas de interrogantes y descubrimientos. Me propuse dejar de lado el espaciotrastornado que llevo dentro y centrarme en mi faceta de arquitecto. De profosional que diseña espacios donde la gente pueda vivir. Qué diferente es todo cuando la gravedad es cero y se vive en una burbuja de dimensiones reducidas.
Mi página preferida de la web de la Agencia Espacial Europea ESA es el International Space Station Panoramic Tour. Desde allí te puedes adentrar en un recorrido virtual que muestra los módulos habitables en 360º. Entre zoom in y zoom out, un montón de vídeos explicativos y enlaces sobre ciertos elementos y procedimientos habituales. El medio millón largo de visitas que ha tenido sinceramente me parecen muy pocas para todo lo que ofrece.
Un paseo guiado por la Estación Espacial Internacional
Click en la imagen para acceder al tour
En 1998 se puso en órbita el módulo ruso Zaryá, el principal y más grande de la ISS. Desde entonces ha estado creciendo módulo a módulo hasta el 2015 en que se tomaron las imágenes requeridas para este paseo guiado por la Estación Espacial Internacional.
Si para la visita como a mí te apetece seguir el orden cronológico según se fueron acoplando, tras Zaryá vete a Zvezdá (2000), Unity (2000), Destiny (2001), Harmony (2007), Columbus (2008), Kibo (2008), Tranquility (2010) y finaliza el tour visionando los dos vídeos de la Cúpula (2010).
Sin gravedad pierde sentido el arriba-abajo e izquierda-derecha
Muchas cosas me llamaron la atención, como la necesidad de orientarse. Sin gravedad pierde sentido el arriba-abajo e izquierda-derecha. Pero si te fijas en los letreros de las cosas sí que buscan cierto orden. La mayoría de objetos desplegables como mesas de trabajo o aparatos gimnásticos se sitúan en las hipotéticas ‘paredes’. Y la improvisada camilla sanitaria guarda la ‘horizontal’ del supuesto suelo. Todo ello no es razón suficiente para desaprovechar el ‘techo’, tan dotado de instrumentación como el resto de paneles.
Pocos ambientes se me ocurren más indiferenciados a priori que la ISS. Aunque todo está más que controlado, la apariencia es caótica. Cables por todos lados, bolsas de todo tipo, ordenadores portátiles ‘volando’ por cualquier sitio. Te reto a que adivines sin ver los vídeos qué rincón dedican a la higiene corporal.
Cubículos personales de la sección estadounidense
La privacidad es casi inexistente. Los únicos compartimentos cerrados son los retretes y los cubículos personales de cada astronauta, que me extrañaría tuviesen más de 1 metro cuadrado en planta. Duermen ‘de pie’ en un saco. Hay quien los fija a la pared y quien prefiere flotar imagino que chocando con todo en tan minúsculo espacio. Carecen de un lugar específico destinado para el esparcimiento o el descanso en común.
Para acabar, y dejándome muchas otras reflexiones sin citar, la importancia de diseñar a escala 1:1. Pensar esos espacios al mínimo detalle. Como qué artilugios son necesarios y dónde colocarlos para no salir flotando mientras trabajan (fijaos en los pies de quienes aparecen en los vídeos). Y lo mismo con las cosas. Los rusos, prácticos donde los haya, directamente han recubierto todas sus paredes de velcro para fijar las cosas donde más cómodas queden.
Corte de pelo en el módulo Harmony de la ISS
Imágenes de nasa.gov.
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