Os recomendamos la lectura de este artículo de José Ramón Hernández Correa en su blog Arquitectamos Locos?…
Frank Lloyd Wright había dibujado esa estructura muchas veces: como garaje, como observatorio, como museo… con la hélice afilándose hacia arriba o hacia abajo… incluso con la hélice prismática.
No voy a hablar de eso ahora. Ahora sólo quiero hablar de ese tremendo momento en el que un diseño obsesivo, trabajado durante años, estudiado, cambiado, abandonado y retomado, por fin tiene la oportunidad de ser construido.
En arquitectura ese es el momento.
Todo lo demás es excusa y verborrea.
De repente surgen todas las dudas. ¿Y si la estructura no aguanta? ¿Y si el espacio no resulta como me he imaginado? ¿Y si no funciona? ¿Y si cuesta mucho más de lo previsto? ¿Y si el cliente, al verlo levantarse, decide que no era eso lo que quería? ¿Y si falla esto? ¿Y si no sale bien lo otro? ¿Y si hay accidentes, peleas, retrasos, problemas de mil clases?
Lee el texto completo en: Arquitectamos locos?
Deja una respuesta