Palomino es un corregimiento del municipio de Dibulla en la Guajira, al norte de Colombia, que hasta hace algunos años era uno de los pueblos más olvidos del país. La falta de equipamientos, servicios básicos, la violencia y demás factores que llevaban a la sociedad a grandes índices de pobreza eran altamente identificados; pero entonces surgió una de las apuestas más grandes por mejorar la sociedad, cultura y habitabilidad de una población en el país. Una de las más importantes en los últimos años.
Es que la arquitectura no se trata netamente de construir grandes edificios y hacer viviendas porque sí. Más que construir monumentales obras arquitectónicas la apuesta por construir sociedad, como el PEI (programa internacional) y la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá-Colombia, con la posibilidad de hacer de los proyectos académicos y las distintas ideas que se concentran en un salón de clases ocupado por estudiantes, docentes, y demás profesionales de la mano con la comunidad implicada, que quieren pensar en recuperar la cultura y sociedad que tras años de olvido se ha perdido, es la muestra exacta de que el trabajo en equipo si funciona.
El proyecto “Palomino cultural” Busca trabajar con los 3000 habitantes de una comunidad olvidada. Tener en cuenta sus costumbres, ideales, creencias y diferentes estilos de vida que hacen resaltar sus cualidades frente a las demás comunidades de la costa caribe, todo reflejado en un proyecto de arquitectura y diseño. Es fundamental reconocer a la sociedad y saber esta que necesita. Centros culturales, educativos, deportivos, su comercio y su estilo de vida, para construir sociedad de la mano con los que la conforman entendiendo que ellos no son el fin, sino el medio para llevar a que los mismos habitantes lo logren.
Además, palomino con su nuevo proyecto social en construcción, se resalta en el país por ser el primer pueblo buscando la amabilidad con el medio ambiente en la construcción de nuevos territorios. La implementación de baños secos en el proyecto ha permitido solucionar problemáticas de servicios básicos a la comunidad que le impedía tener calidad de vida. El difícil trabajo de todo el grupo multidisciplinar de la mano con los Palominenses, ha actuado a través de los años para educar a la sociedad en una apuesta por utilizar los baños seco como solución a los inconvenientes de salubridad presentados en el pueblo, la reutilización de desechos, aguas lluvias, entre otros, que permitan devolverle a la tierra lo que nació de ella y formar un ciclo cerrado en nuestra manera de habitar un territorio, permitiendo que Palomino pase del rotundo olvido, a ser el ejemplo a seguir en el país.
La construcción de la casa de la cultura, la casa del deporte, los diferentes módulos comerciales que aportan al equilibrio económico del pueblo, la reestructuración urbana por parte de pequeños proyectos en escala, pero grandes en transformación urbana, el arte y la tradición, conformados por las estructuras, materiales y técnicas locales que muestran los grandiosos resultados de este equipo de trabajo que luchó por construir un pueblo que quizás muchos daban por perdido, recibiendo diferentes reconocimientos y premios a nivel nacional e internacional, demostrando la importancia de trabajar en sociedad.
Tipo: Urbanismo – Arquitectura y diseño social
Lugar: Corregimiento Palomino- Dibulla, La guajila – Colombia
Equipo a cargo: Pontificia Universidad Javeriana, Programa Internacional (PEI) , Proyecto Nuevos Territorios.
Colectivos Asociados: Inteligencias Colectivas, Mitin, Zoohaus, Zuloark
Director: Carlos Hernández Correa
Fuente: Palomino Cultural, «Sociedad en construcción, Palomino»
Sobre la autora: Juliana Castillo Castaño
Arquitecta (Organización social EnContexto), Colombia. Pasión por la arquitectura social y el ecourbanismo, la fotografía, la pintura, la música y la lectura.
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