¿Precariedad? ¡Claro!
Queridos compañeros, tengo una buena y una mala noticia. Empezaré por la mala para no hacer falta a la costumbre y terminaré con la buena para enjuagar el mal sabor de boca.
Un mercado saturado de arquitectos. Una profesión que parece que no se valora. Un trabajo mal pagado. Muchas horas dedicadas. Incertidumbre. Precariedad. Inestabilidad. La llama de la vocación se apaga… ¿para qué habré estudiado esto? es la tímida pregunta que muchos nos hacemos en secreto. Somos parte de un mercado difícil y nos movemos torpemente. Y sobre todo, no entendemos cómo funciona esto de la profesión.
Aquí van algunas claves fundamentales para empezar a comprender qué es lo que está pasando realmente con nosotros y qué estrategia podemos utilizar para ver oportunidades donde ahora no vemos nada.
Regla básica de mercado: el balance entre la oferta y la demanda.
El número de arquitectos crece mientras que la demanda de nuestros servicios se mantiene prácticamente igual. Nuevas matriculaciones, nuevos licenciados… hoy nos encontramos con una realidad de 70.000 arquitectos en España. Todos queriendo hacer lo mismo. Todos ofreciendo el mismo tipo de servicio. Todos atendiendo a los mismos nichos. Todos compitiendo en una batalla encarnizada de honorarios y condiciones laborales nefastas.
Otra regla básica de mercado: dos servicios iguales sólo pueden diferenciarse haciendo más competitivos sus precios.
La gran mayoría de los arquitectos ven el mercado como una “pelota” gigante e incomprensible, como una alquimia a la que ellos no pueden acceder. Piensan que si un negocio funciona es porque ha tenido suerte.
La máxima expresión de esta regla es trabajar gratis. Y es que los arquitectos hemos aprendido a desarrollar nuestras HABILIDADES y nuestras PASIONES, pero no hemos aprendido a leer el mercado para detectar nuevos PROBLEMAS, NECESIDADES o DESEOS no explotados por la competencia. Somos más arquitectos que nunca y la precariedad laboral es una situación generalizada.
Como consecuencia, somos un 80% de arquitectos resolviendo el 20% de los problemas que existen. Todos hacemos lo mismo y por tanto somos profesionales perfectamente reemplazables. Como consecuencia, y buscando la manera de diferenciarnos de los demás, rebajamos nuestros precios, asumimos riesgos o aceptamos salarios indecentes. Es la realidad que vivimos ahora mismo, especialmente las nuevas generaciones.
Ante este panorama necesitamos explorar nuevas líneas profesionales; en caso contrario estamos abocados a desaparecer por falta de demanda, utilidad y valor. El movimiento que hemos iniciado yo y los arquitectos con los que trabajo representa la revolución necesaria y deseada para recuperar el empoderamiento profesional y conectarnos con la diversa realidad de nuestra sociedad.
La lógica del mercado es aplastante y puedes usarla a tu favor.
Como arquitectos no tenemos porqué estar destinados al arte de proyectar y construir edificios. Existen otras líneas, dentro, fuera y tangentes al ejercicio tradicional, a las que podemos optar y ofrecer servicios de altísima calidad.
Y aquí empiezan las buenas noticias del mercado: cuando encuentras un problema importante, el mundo es tuyo. Te llames arquitecto o te llames arquitecta.
Vale, y ¿dónde encuentro esos problemas?, te preguntarás. Bien, no te conformes con lo que yo te diga. Pregunta, haz preguntas, ¡esa es la clave! Si quieres encontrar problemas nuevos no puedes conformarte con lo que ves ahora mismo sobre el mundo que te rodea. Tus ideas te han traído a donde estás ahora por lo que te sugiero que salgas de esa “cabeza arquitectónica”.
No especules con lo que le ocurre a la gente; pregúntales directamente. No pienses que sabes todo sobre el mundo que te rodea; mantén tu mente abierta. Otros han visto oportunidades donde tú veías blanco. Deja de pensar que ves blanco y entabla conversaciones reales que te puedan sorprender. No prejuzgues; OBSERVA.
La mayor parte de las veces juzgamos la realidad y perdemos información valiosa por el camino, oportunidades de negocio extraordinarias. Nuestra poca capacidad de observación nos limita como arquitectos profesionales.
Momento metáfora:
Estás esperando el autobús. Al otro lado de la calle, en la parada con sentido opuesto, está Carlos. Tú le miras y te preguntas a ti mismo “¿qué querrá cenar Carlos hoy?”. Empiezas a imaginarte sus gustos, su apetito… “Creo que quiere espaguetis”. Das vueltas pensando y pensando, empiezas a pensar cómo querrá los espaguetis… “Con tomate. ¡No! ¡Con nata! Sí, sí, con nata”. Decides ponerte a estudiar un máster en espaguetis. Le sigues dando vueltas, inviertes tiempo, energía y recursos en los malditos espaguetis a la carbonara, te haces un logo, montas una web, te abres 500 perfiles en redes sociales, te imprimes unas tarjetas de visita, te alquilas un local… pasa el tiempo y un día, cuando no entiendes por qué no está funcionando tu maravillosa idea de los espaguetis, te das cuenta de que a Carlos le encanta cenar sopa de estrellitas.
Qué fácil habría sido si te hubieses acercado a Carlos para preguntarle directamente: ¿qué te gustaría cenar esta noche? ¿No?
Te parecerá estúpido, pero esta es la estrategia profesional de la gran mayoría de arquitectos. Pensamos que sabemos lo que la gente quiere pero nunca les preguntamos directamente. Invertimos todos nuestros recursos en estudiar másteres que no sabemos si tendrán salidas profesionales interesantes, en montar estudios que ofrecen servicios que nadie quiere, en especular sobre las necesidades reales del mercado, en convencer a la gente de que tienen que comer espaguetis con nata…
No seas el tipo de los espaguetis. En lugar de eso te ahorrarás una enorme cantidad de dinero, tiempo y motivación si primero haces las preguntas oportunas a las personas adecuadas. El secreto para acceder a ese otro 80% del mercado apenas saturado es… sencillo. En el mundo complejo en el que vivimos, lo sencillo es lo que más nos cuesta. Tú no eres el mercado. Haz las preguntas fuera de ti y encontrarás sus respuestas.
Sobre la autora: Caterina de la Portilla
Desde 2009 Caterina ha dedicado 10 años a su formación y ejercicio como arquitecta en España y EEUU. Actualmente trabaja también como mentora con otros arquitectos para enseñarles las claves sobre cómo ejercer y hacer de su profesión un medio de vida estable, libre y próspero. Puedes encontrarla en su web o en su perfil de LinkedIn
Hacer preguntas y escuchar. Estoy totalmente de acuerdo en que es la formula adecuada.
Es cierto que es un mal común de los arquitectos que tenemos cierta arrogancia al creer que tenemos todas las respuestas. Me identifiqué muchísimo con todo lo que dice el artículo.
Este artículo ha dado en el clavo totalmente.
No soy arquitecta pero ando buscando un creador que por un précio módico me escuche, me ayude a hacer realidad mi sueño del proyecto de una casa prefabricada.
Algo muy nuevo en este pais y habitual en otros. Sector desconocido?
Falta mucho por recorrer.
El mercado debe evolucionar. Y que los arquitectos abran su mente a los nuevos tiempos.
YO TRABAJO EN PREFABRICACION
yo trafico cargos públicos jaja