«Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico – Alvar Aalto
Una organización espacial, un olor y una nota musical pueden ser imaginados simultáneamente. Un campo visual que varía según la posición del observador hace que éste tome una nueva importancia en el diseño. Podemos también hablar de sonidos evocados por una matriz de formas lineales o de la manera en que una vista nos evoca un olor concreto.
Ese carácter psicológico y fisiológico que las personas desarrollan al relacionarse con los edificios es comúnmente olvidado en los proyectos experimentales de la Universidad y, cada vez más, en la arquitectura moderna.
La arquitectura moderna está siendo mayoritariamente funcionalista, y eso no es malo en sí mismo, pero lo está siendo principalmente desde el punto de vista técnico y estético, poniendo énfasis en el factor económico de la actividad constructora y en el aplauso público. La verdadera funcionalidad debería satisfacer las necesidades reales de los seres humanos.
El arquitecto Alvar Aalto escribió sobre esto. Lo llamó la “humanización de la arquitectura”, aportando luz y ejemplos prácticos de arquitectura sensible con las necesidades humanas. Exploró la relación entre el individuo y su habitación en las habitaciones experimentales del Hospital Antituberculoso de Paimio, en Finlandia.
Uno de los singulares resultados descubiertos fue que debíamos cambiar la calefacción, la luz artificial, los colores. Mientras que una habitación normal está pensada para una persona en posición vertical, una habitación de hospital ha de acoger una persona en posición horizontal: la fuente de luz ha de ser lateral, el sistema de calefacción ha de considerar que la persona estará postrada durante semanas o el techo deberá ser más oscuro.
La entrada de luz en una biblioteca que no deslumbra al estudiante, el movimiento del agua de la lluvia que crea una atracción visual, los materiales de las sillas infantiles de una escuela que aporten calidez…estos ejemplos suponen problemas minúsculos, pero son problemas muy próximos al ser humano, por lo que cobran más importancia que otros de mucho mayor alcance o coste económico.
De acuerdo, el carácter fisiológico del espacio encerrado puede limitar la experiencia de un individuo. Pero su ángulo de visión y su imaginación son dos elementos potencialmente abiertos a asociaciones ilimitadas. Más allá de permitir que preconcepciones físicas limiten el diseño, se pueden inducir relaciones, asociaciones que amplían la experiencia arquitectónica mediante el carácter psicológico del edificio.
El espacio intermedio, el uso del vacío en planta, las sombras provocadas por un árbol, la vista enmarcada por una ventana situada a media altura. No olvidemos que la arquitectura no está solamente en las cuatro paredes y la cubierta, sino en las cualidades del espacio que encierran.
O, añadiría, la arquitectura está presente incluso en las sensaciones y estados de ánimo de las personas que se relacionan con ese espacio.
La buena arquitectura no alimenta el ego, sino la vida. Y esa responsabilidad, ese reto, da sentido a nuestra profesión.
- Referencia: Aalto, Alvar: The Humanizing of Architecture. The Technology Review. November 1940.
- Imagen: Sanatorio de Paimio, Alvar Aalto, 1929
Autor del post: Sergi Sauras
Aprendí sobre arquitectura en Barcelona, pero hoy escribo desde una escuela de diseño de los Estados Unidos con vistas al Mar Mediterráneo. Mi web www.sergisauras.com
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