¿Cómo debería darse una primera reunión entre un arquitecto y sus futuros clientes?
¿Qué es lo primero que debería saber alguien que está por encargar un proyecto?
Aquí van algunas pautas que pueden ayudarnos a iniciar una relación más fluida.
Primera entrevista: Sentirnos ubicados nos da seguridad
A nadie le gusta andar por la vida desorientado. La referencia del lugar en el que estamos nos ayuda a reforzar nuestra confianza, simplemente por saber dónde nos encontramos para desde allí evaluar hacia dónde nos dirigimos.
La primera entrevista ente nosotros, arquitecto y futuros clientes debería incluir esta referencia, como aquellos carteles de los centros comerciales o turísticos que nos muestran el conocido “usted está aquí”.
¿Y dónde debería saber nuestro cliente que está parado?
Ni más ni menos que saber en cuál de las etapas del camino que lo llevará de ese primer encuentro hasta el final de la obra construida.
Quienes estamos en este oficio solemos dar por sentado que todo el mundo sabe cómo es el mencionado proceso pero creo que nos sorprenderíamos al saber el grado de desorientación que en ocasiones tienen quienes llegan hasta un arquitecto para encargarnos un proyecto.
En una analogía viajera, la conciencia de esa ubicación, sería asimilable a la tranquilidad que nos da saber el itinerario que deberemos recorrer para llegar a destino.
Desde mi punto de vista ese conocimiento siempre nos llevará en un sentido positivo; puede que les permita asumir con mayor seguridad las próximas etapas a seguir, o puede hacer que, por el contrario, sólo nos encarguen un anteproyecto, porque todavía no estén preparados para asumir mayores compromisos.
Aunque suene a contrasentido esta última alternativa sigue siendo un paso hacia delante.
Hay que tomar conciencia que un “posible cliente” que sin saberlo, no está en condiciones de recorrer el camino completo (al menos en ese momento), nunca será un cliente real y tampoco será alguien a quien necesariamente terminaremos perdiendo.
Con el tiempo seguramente volverá a consultarnos porque entre otras cosas, supimos hablar claro en el momento exacto.
Si nos resulta más fácil entenderlo, pensemos en otra relación profesional.
Estamos consultando a un médico por una dolencia que nos aqueja. ¿No nos gustaría saber exactamente qué tenemos; en qué consistirá el tratamiento; qué tiempo nos llevará superarlo; etc.?
Salvo que elijamos la “falta de información”, creo que todos preferiremos “saber”, que nos hablen claro; que nos ubiquen para que, a partir de ese conocimiento, tomar las decisiones correctas.
Pensemos siempre en cómo nos gustaría que se comportaran con nosotros.
Aplicar ese criterio en la relación con nuestros futuros clientes será fundamental para crear lazos de vínculo mucho más efectivos que cualquier técnica de marketing.
Sobre el Autor: Marcelo Seia Colombotto
Marcelo nació en Gálvez (Argentina) y se graduó como arquitecto en 1990. A lo largo de su carrera profesional se desempeñó alternativamente como docente de materias técnicas de ciclo secundario en la especialidad de Construcciones. Participó como columnista de temas de arquitectura en publicaciones gráfica (revistas, diarios, etc.), y en medios radiales. Es autor del libro «Arquitectura y Otras Yerbas» (2014).
En la actualidad participa como arquitecto colaborador en el programa televisivo «Nuestra Casa» (Argentina) y dirige su propio blog donde aborda los temas profesionales desde una óptica accesible a estudiantes, arquitectos y público interesado en esta temática. Actualmente se desempeña al frente de su propio Estudio de Arquitectura dedicado a la proyecto y dirección de obras.
impresionante todo lo que hace un arquitecto! Gracias por la info.