Jardín con flores © OjOvivOfoto
Las cubiertas desde el patio © José Hevia
Atardecer en el equipamiento cultural y deportivo © José Hevia
El proyecto arquitectónico de una prisión, lanza interrogantes contemporáneos dignos de ser escuchados. La palabra confinamiento ha incorporado recientemente nuevos matices a su connotación original. Prisioneros en nuestras propias casas, reflexionamos sobre temas que planeaban hace tiempo alrededor de la arquitectura penitenciaria, una gran desconocida. Jack Henry Abbott (enero 1944 – febrero 2002) pasó alrededor de 45 años de su vida privado de libertad. Criminal y autor estadounidense, consiguió publicar 1,000 cartas sobre sus vivencias en prisión con el apoyo del polémico escritor Norman Mailer.
Mapa de apropiación del módulo residencial, 2012-2014. © Roger Paez
Bajo el título In the Belly of the Beast: Letters from Prison, Abbott «condena a los arquitectos cuando describe la brutalidad de los espacios en las prisiones, incluso en equipamientos supuestamente modernos. Le parece sorprendente que alguien pueda determinar, presumiblemente dibujando, la sección de una celda de aislamiento, con su bombilla solitaria y su desguace, inevitablemente fétido», así nos lo explica la arquitecta Keller Easterling en su texto «Confinados», que forma parte del libro CRITICAL PRISON DESIGN de Roger Paez.
Portada del libro CRITICAL PRISON DESIGN DE Roger Paez editado por ACTAR, 2014. © José Hevia
CRITICAL PRISON DESIGN de Roger Paez
CRITICAL PRISON DESIGN, editado por ACTAR, es un monográfico sobre la experiencia de proyecto y dirección del Centro Penitenciario Mas d’Enric, en El Catllar (Cataluña), obra de los arquitectos AiB estudi d’arquitectes + Estudi PSP Arquitectura. Sus páginas desvelan fragmentos del universo paralelo que conforman los espacios de confinamiento perpetuo y cómo la labor de los arquitectos puede repercutir en él.
Previo a la descripción de la solución arquitectónica adoptada, cabe reflexionar sobre el uso de un equipamiento de estas características. Si bien todo proyecto responde a unas necesidades sociales, en el caso de un centro penitenciario el análisis en torno al programa y sus implicaciones en el modelo de sociedad resulta un ejercicio introductorio indispensable. Tal y como apunta la monografía:
«la prisión es una institución incómoda y su materialización arquitectónica a menudo se somete a criterios tecnocráticos. Este servilismo expulsa a las cárceles del dominio sociocultural al cual pertenecen, marginándolas del discurso público».
Situaciones extremas como la pandemia que recorre el planeta y que nos ha ido encarcelando a todos, abre de nuevo la necesidad de centrar el debate global en el balance entre disciplina y libertad, o la relación entre custodia y reinserción, demandas simultáneas que tuvieron que satisfacer los equipos de arquitectos colaboradores a través del diseño del centro penitenciario.
En palabras de los propios autores, el proyecto ‘Mas d’Enric’ opta por desarrollar tres horizontes conceptuales para abordar el reto con éxito:
«Totalidad: afrontar el problema de proyectar un entorno total»
El edificio se aborda como un todo, no como la unión de pabellones independientes. Esta estrategia minimiza los espacios residuales mejorando parámetros de seguridad y de usabilidad en términos de libertad. Estos espacios intersticiales se unen para crear la plaza urbana interior y el hecho de compartir cerramientos contribuye a la economía de construcción y a la optimización térmica del complejo.
Módulos residenciales. «Las celdas son prefabricados de hormigón autoportantes y apilables, y no requieren de estructura adicional. Un innovador sistema de encofrado en tres dimensiones permite garantizar la calidad de las piezas y reducir el tiempo de ejecución de la obra. El volumen de obra prefabricada con este sistema representa aproximadamente la cuarta parte del volumen total de la obra». © David Baró + Marta Mulà.
«Vibración: conseguir riqueza espacial y perceptiva»
El tratamiento de las fachadas (dos tipos, interiores y exteriores) y las cubiertas (un continuum) son dos de los elementos constructivos claves que reflejan la adaptación del centro al terreno y que contribuyen notablemente a la riqueza visual de la solución arquitectónica.
Ortofoto indicando el área medioambientalmente degradada y visión aérea del complejo penitenciario © UTE Comsa Emte
«Apertura: celebrar la apertura en un espacio cerrado»
Este tercer punto responde a una clara voluntad de apostar por una arquitectura de reclusión que no reniega del exterior y que permite a los reos conectar, en cierta forma, con el mundo extramuros. La diagonalización de los espacios a diferentes escalas es otro de los mecanismos del proyecto para dinamizar recorridos y percepciones visuales.
Esquema de diagonalización del espacio y rotura de la caja. © AiB + PSP
Por fuera © OjOvivOfoto
Disciplina y libertad © OjOvivOfoto
Totalidad © OjOvivOfoto
Actualmente, el modelo de reeducación y reinserción sociolaboral en contraposición al modelo de castigo se ha ido abriendo camino y la semilibertad de los reclusos es un paradigma que ha sufrido una aceleración en tiempos de coronavirus. La apuesta por el cierre de prisiones y la apertura de más escuelas es una tendencia europea cuyo ejemplo más reciente ha sido la clausura en 2017 de La Modelo de Barcelona, que consiguió reubicar a la totalidad del personal del centro para abrir después un concurso público para transformarla. Arquitectos de todo el mundo han participado con sus ideas y los ganadores se darán a conocer próximamente.
La cierto es que las cárceles serán cada vez más pequeñas, permeables y priorizarán un trato más individualizado. Poco a poco, se apuesta cada vez más por el régimen abierto y las medidas penales alternativas a través del desarrollo de unidades dependientes, es decir, pisos tutelados a cargo de las entidades del tercer sector donde los reclusos en régimen de tercer grado recuperan poco a poco su autonomía y se los acompaña hacia la libertad definitiva. Este fenómeno permitirá ir recuperando los espacios de reclusión para ofrecérselos a la ciudad a través, nuevamente, de la labor de los arquitectos.
«Sin menospreciar la severidad del encarcelamiento, podríamos reconocer que todos nos encontramos en diversos estados de confinamiento, tanto voluntario como involuntario. Incluso nos adherimos estrictamente a unas rutinas y unos rituales dictados por superiores, practicados dentro de religiones organizadas o tramados dentro de nuestras propias obsesiones y deseos. Como mucho, tenemos la libertad de expandir y contraer nuestra atención y puntos de vista sobre el mundo. No obstante, aparte de aventuras expansivas a lugares remotos, a menudo recomendamos el aislamiento, la quietud y el vacío para nutrir la inteligencia o la creatividad, incluso cuando esto puede significar estar esclavizados por las pantallas electrónicas. Centrar la concentración en el cuerpo y en todos sus sentidos se considera una de las formas de expresión cultural más elegantes, e incluso liberadora», razona Keller Easterling.
Así pues, podemos concluir afirmando que, sin lugar a dudas, urge reintroducir la prisión en el debate arquitectónico en un sentido amplio y crítico, tal y como reclama Roger Paez en su libro. Probablemente ahora, más que nunca, sea el momento de saltar a la palestra y plantearnos como sociedad el futuro de los proyectos penitenciarios incluyendo la figura del arquitecto como estratega fundamental.
Hic Sunt Leones © Jordi Bernadó i 15-L. Films
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Datos del proyecto:
- Proyecto: Centro Penitenciario Mas d’Enric
- Situación: El Catllar (Cataluña)
- Arquitectos: AiB estudi d’arquitectes + Estudi PSP Arquitectura
- Promotor: Generalitat de Catalunya – Infraestructures de la Generalitat de Catalunya – Superficiària: CP Mas d’Enric
- Constructora: Comsa Emte
Ara feia molt de temps que no llegia un article teu, com sempre, m’ha encantat. Ets una artista.