Existen mil y unas profesiones de las cuales podría hacer un extenso ensayo; pero hoy quisiera contribuir con este post a dinamizar el buen hacer de la arquitectura y la construcción, hacer un guiño a todos los compañeros de profesión en tiempos que todavía el sector no se ha recuperado.
La primera vez que pude observar de cerca como era el trabajo dentro de una constructora no pude por menos que impresionarme. Estaba frente a un grupo profesional capaz de transformar una idea, un sentimiento o una sensación en una realidad arquitectónica, capaz de optimizar y diseñar nuevos emplazamientos atendiendo a las necesidades sociales del momento, las urbanizaciones surgían de entre la necesidad de reorganización del territorio, nuevos encargos y grandes expectativas hacían que esta profesión cotizara a muy altos niveles.
Fueron años de mucho trabajo, años de bonanza, años que fijarían un modelo económico y una forma de vida.
Y así, casi sin darnos tiempo a terminar de “plotear”, nuestro principio básico, nuestro modelo y nuestro mercado, se vino abajo.
Es en ese instante cuando aparecen en acción nuestros personajes de fábula “Fisgón, Escurridizo, Hew y Haw”, extraídos de la mente del escritor Spencer Johnson y plasmados en su libro “Quien se ha llevado mi queso”
Tal y como en la vida real, el escritor nos muestra a 4 personajes (cada uno de ellos representa una forma de afrontar la vida) acostumbrados a que su comida, el queso, apareciera siempre en el mismo rincón, vivían sin preocupaciones hasta que un día el queso dejó de aparecer, no llegó; ¡algo había cambiado! ¿Quien sobreviviría? ¿Alguno se adaptaría al cambio? ¿Volvería a aparecer el queso en el mismo rincón?
“El cambio es un hecho, el queso se mueve constantemente”, “Controla el cambio, huele el queso a menudo para saber si se esta enmoheciendo”, “Adáptate rápidamente al cambio, cuanto antes se olvida el queso viejo, antes se disfruta del nuevo”, “¡Disfruta del cambio!, saborea la aventura y disfruta del nuevo queso” y “Prepárate para cambiar rápidamente y disfrutar otra vez, el queso se mueve constantemente”
……..así con este singular paralelismo John Spencer nos describe como podemos adaptarnos y asumir el estado de cambio cíclico que vivimos.
He vivido en estos últimos años la evolución de una generación, y he comprobado como la profesión se ha ido adaptando al cambio, muchos compañeros se han reinventado; la arquitectura, el interiorismo y la rehabilitación son campos que han mejorado sustancialmente, existiendo en todas las disciplinas una mayor dosis de sentido común, abriéndose ante nuestros ojos nuevos mercados y posibilidades de acción.
Sobre el autor: Guillermo Mathis Artieda
Gerente de la empresa “Construcción Integral” en Las Palmas de Gran Canaria, Técnico superior en desarrollo y aplicación de proyectos de construcción, colaborador de ConstruBlog Integral y firme apasionado de la Arquitectura y el mundo de la Construcción.Puedes seguirme en mi cuenta de Google+.
Que buen símil! !! La adaptación implica esfuerzo y tiempo. .. no es fácil pero da grandes satisfacciones.
Ánimo a tod@s!!!
Totalmente de acuerdo «renovarse o morir», son expresiones que hemos oído siempre pero no tenían sentido, porque no existía la necesidad.
Ahora, los profesionales técnicos que se adapten encontrando en la rehabilitación su nicho de mercado necesitan herramientas del siglo XXI para dar respuesta a sus encargos: más numerosos, complejos y parciales.