¿Un carácter fuerte o un carácter débil?
Que lo fuerte sea más deseado que lo débil no es más que la respuesta a una interpretación lingüística concreta de ambos conceptos. Si hablamos de personalidad, de individuos, de ideas, parece obvio que lo fuerte vence a lo débil.
Sin embargo, si hablamos de una luz fuerte o una luz débil, los connotaciones desaparecen. Dependiendo del momento preferiremos una u otra, aquí el adjetivo se refiere únicamente a la intensidad de esa luz, no tiene ninguna relación con el éxito. Igual que una luz fuerte no es necesariamente mejor que una luz débil, un pensamiento fuerte no es necesariamente mejor que un pensamiento débil, refiriéndonos únicamente a la intensidad, a una manera más o menos agresiva de enfocar las cuestiones de la vida.
El filósofo Gianni Vattimo definió el pensamiento débil; se entiende como contrario al pensamiento fuerte, que es aquel potente, agresivo, cargado de contenido y difícil de evolucionar. Podría recordar a la filosofía de Nietzsche y su diferenciación entre señores (fuertes) y esclavos (débiles) basada en su voluntad de poder. Esta voluntad de poder es entendida aquí como el ansia de manifestar con contundencia una idea. Su opuesto, el pensamiento débil, reniega de la contundencia para presentar las ideas con sensibilidad hacia lo existente, con prudencia.
De nuevo, permítanme enfatizar que estamos hablando de lo fuerte o lo débil únicamente como medida de intensidad, sin connotaciones positivas o negativas per se.
¿Cómo se relaciona esto con la arquitectura y el arquitecto?
La expresión “arquitectura débil”, explorada por el arquitecto Ignasi de Solà-Morales en su escrito homónimo de 1987, hace alusión al concepto de “pensamiento débil” definido por el filósofo Gianni Vattimo.
Solà-Morales ve en ese concepto una interpretación de la situación intelectual y particularmente estética de la cultura contemporánea. Entiende que hay una relación directa entre esta interpretación y la arquitectura, y traspasa el significado “débil” a la disciplina de la siguiente forma: “arquitectura débil será aquella que se implanta de manera suave y tangencial en un contexto dado, en vez de potente y directa”.
Con tal de ilustrar estas contraposiciones, podemos nombrar arquitectura fuerte la que Richard Meier propone con el edificio del MACBA, un volumen contundente en el centro del Raval de Barcelona. Arquitectura débil, por el contrario, sería la de Álvaro Siza (Piscina das Marés) o Lacaton y Vassal, con un caso concreto y evidente en la reforma de éstos últimos en el Palais de Tokyo de París, una intervención que resulta ser una no-intervención, ya que se limita a mantener la estructura existente introduciendo un mínimo de novedades, con un bajo presupuesto y una alta carga poética.
Esta voluntad de, como arquitecto, pasar desapercibido y ceder el protagonismo al edificio en si y a los usuarios es, según las definiciones aquí dadas, una mentalidad débil. Una mentalidad alejada de la posición egocéntrica y el afán de protagonismo de la arquitectura contemporánea.
Esta idea de arquitectura débil se trata, paradójicamente, de una idea muy poderosa. Una exitosa aplicación mostrará la elegancia de la obra de arte que acepta un rol secundario en un momento espacio-tiempo concreto.
La percepción débil en ese momento será entendida ante la emoción de la memoria: el gusto de la poesía un tiempo después de haberla leído, el sabor de la música un tiempo después de haberla oído, el recuerdo de la arquitectura un tiempo después de haberla visto.
«No es necesario que lo verdadero tome siempre cuerpo, es suficiente con que aletee alrededor, como si fuera un espíritu y que provoque una suerte de acorde; como cuando el tañido de una campana suena amistosamente aportándonos un poco de paz.»
Wolfgang Goethe
Referencias:
- SOLÀ-MORALES, Ignasi de: “Arquitectura débil”(1987) en Diferencias: Topografía de la arquitectura contemporánea. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 2003.
Imágenes: Paul A’pakin, MACBA-Richard Meier + Piscinas das Marés-Alvaro Siza, Renzo Piano.
Autor del post: Sergi Sauras
Aprendí sobre arquitectura en Barcelona, pero hoy escribo desde una escuela de diseño de los Estados Unidos con vistas al Mar Mediterráneo. Mi web www.sergisauras.com
Maravillosa visión. Poco apreciada en general la capacidad de plegarse al entorno, y destacar por ello casi imposible. Siempre interesante Ignasi Sola- Morales. Le echamos de menos.
Pues si. La arquitectura no está al servicio del autor. En esos términos prefiero la arquitectura débil. Es ridículo que los arquitectos repitan sus formas, estilo o sello en un afán de que se les reconozca. Lo mismo hacen los perros en la calle cuando marcan territorio. Y entonces tenemos a Calatrava, Ghery, Hadid.
pienso que en el menester de la inteligencia de hacer arquitectura no podemos ,encasillar los conceptos DEBIL Y FUERTE,, ESTOS CONCEPTOS SON MAS BIEN INGREDIENTES, aportantes de la mismas causas generadoras de el DISEÑO, CAUSA,NECESARIA, MATERIAL,FORMAL,Y CAUSA FINAL,,COMO LA MISMA ESENCIA EN el menester de crear musica .buena gastronomia en fin,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,